La educación pública en argentina está desde hace tiempo, en el centro de debate. El motivo es por la alarmante situación que presenta. Así lo demuestran los diferentes estudios publicados, que no hacen más que recopilar estadísticas y cifras sobre la deteriorada situación del sistema educativo. La situación no es mucho más grave que hace algunos años. Sin embargo, en los últimos meses se volvió en un tema recurrente, luego de que el gobierno anunciara una profunda reforma.

En Argentina, el 46,4% de los alumnos de los dos últimos años del secundario no comprende un texto básico. Los resultados son aún peores cuando se trata del rendimiento de los estudiantes en el área de las ciencias exactas: el 70,2% no puede resolver problemas matemáticos. Estos son los datos que derivan de las pruebas "Aprender", que forman parte del dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes de los estudiantes.

Frente a esta situación, el gobierno diseñó una reforma. Busca adecuar la educación a las tendencias internacionales. Hasta ahora, uno de los cambios que se dio a conocer es aquel que implica que los alumnos del último año del secundario, deberán realizar una pasantía antes de finalizar sus estudios. De esta forma, se busca generar un lazo entre la enseñanza superior y el mercado laboral. Además de facilitarle a los alumnos esa transición entre la finalización de los estudios y la inserción al mundo del trabajo.

La noticia tuvo una gran repercusión, tanto así que algunos estudiantes en su afán de aferrarse al retrógrado y deteriorado sistema educativo actual, se manifestaron en contra de la reforma y decidieron tomar los colegios.

Lo cierto es que no se puede separar la etapa educativa de la laboral. La escuela prepara, o al menos debe hacerlo, a sus estudiantes, para lo que viene después. Una persona instruida, cuenta con recursos que le permiten independencia y libertad. La educación es una garantía.

La medida, si bien ya fue duramente criticada, resulta acertada en un país donde el desempleo juvenil presenta las cifras más alarmantes de toda la región. Casi el 40% de los desempleados en Argentina tienen entre 16 y 24 años.

Necesitamos una reforma educativa, pero para que ésta sea efectiva, se deben tener en cuenta las características del país. No se puede pretender transpolar el sistema de otro país, porque cada uno presenta situaciones diferentes. Es por eso que deben atenderse las características de los estudiantes, de las escuelas y de los profesores.

Si bien es cierto que se requiere de una gran modernización, los cambios no deben pasar solo por introducir tecnología en las aulas. Esta no significa nada, si no viene acompañada de innovación, y si no es implementada de una manera inteligente.

Argentina tiene recursos, pero debe aprender a administrarlos. Si el país quiere crecer económicamente, primero deben atenderse las faltas que hay en la base. La educación es ese cimiento, que debe contar con la solidez suficiente para servir de apoyo. Argentina necesita una reforma educativa y nadie que conozca la situación actual, puede oponerse.