
Señor director:
Cuando los abuelos eran más abuelos, cuando los hijos los pensaban padres y no viejos para depositarlos en algún lugar desconocido y muy lejos de sus sentimientos. Cuando un nieto los quería por el sólo hecho de ser nieto y su protección en una caricia los hacía más abuelos. Compartir con los abuelos nos hacía crecer, por más que uno los viera envejecer y nosotros enriquecernos con sus sabidurías y también crecer a su lado.
Los abuelos de hoy son quizás menos abuelos. No por falta de amor, amor que ellos saben dar, sino que hoy no se les da el lugar que ellos merecen y que con el tiempo se ganaron. Hoy poco se respeta que el ser viejo es una bendición de Dios y un regalo para los que viene detrás de cada abuelo preparando el camino que luego habrá que transitar.
Muchos hijos no aceptan y buscan justificativos para alejarse de esas arrugas que dieron la vida por ellos y que muchas veces molestan haciendo de los abuelos una lotería para ver a quién le toca, "aguantarlos" así yo descanso y muchas veces pensando a dónde los vamos a depositar, que ya es tiempo, total ellos ya vivieron su vida. Mis abuelitos, aquellos viejos sabios que hasta el final dan el consejo sólo pensando en la felicidad de sus hijos y nietos. Mis abuelitos descansan en paz, porque supieron que hasta sus últimos suspiros los hijos y nietos no los dejaron de querer y ahora los extrañan con el mismo sentimiento de los años mozos. Hoy entiendo sus lentitudes y paciencia, hacían tiempo para no irse nunca de este mundo, se sabían queridos, respetados y únicos.
Leopoldo Mazuelos
DNI 5.543.908
Foto: José Mazuelos – año 1946
