Señor director:

Con cierta frecuencia los mayores lamentamos que algunos jóvenes no están interesados en participar en la vida social, no se integran en ninguna comunidad, "pasan" de la política, etc. ¿No será porque los educadores hemos fomentado más la vida individual que la vida social? Por ejemplo, en las entrevistas periódicas entre los padres y los profesores-tutores se suele hablar mucho de las calificaciones escolares y poco o nada de su participación en la vida familiar y colegial y de su apoyo a movimientos que ayudan a los más necesitados. Algunos padres se obsesionan con los resultados académicos de sus hijos, mientras se desentienden de cómo viven determinados valores sociales: compañerismo, respeto, solidaridad, lealtad, etc. Como consecuencia, los jóvenes se acostumbran a una vida individualista e insolidaria.

 
Jesús Martínez   DNI 71.246.596