Señor director:

Terminar una carrera universitaria es uno de los acontecimientos más significativos en la vida de un joven. Por lo general ese momento suele dar lugar a efusivos festejos que incluyen la tradicional caravana de vehículos, con el recién recibido transportado en uno de ellos, con sus ropas empapadas en engrudo, realizado con harina y huevos, papel picado y algunas inscripciones alusivas a la carrera que acaba de terminar. Pero lo que hasta ahora ha sido una fiesta y un homenaje para jóvenes que han demostrado su dedicación al estudio -como es común en distintas capitales de nuestro país- en nuestra provincia y, particularmente en la Ciudad de San Juan, se ha convertido en una transgresión que mantiene a la policía ocupada en impedir estas manifestaciones. En estos días hemos sido testigos de la forma en que la Policía de San Juan ha interrumpido estos festejos, con aparatosos operativos, utilizando motos, autos y camionetas. No sólo se ha encargado de obligar a los jóvenes egresados a que bajen de los vehículos, sino que se los ha demorado en la vía pública sometiéndolos a inoportunos interrogatorios que no se sabe bien qué persiguen, ya que no se trata de delincuentes ni de perturbadores de la paz social, como se los quiere mostrar.
Es una manera de coartar la libertad de quienes pretenden exteriorizar sanamente la alegría de haber concluido un ciclo, lo que es muy bien visto por el resto de la sociedad que lo observa como un ejemplo que debe ser seguido por todos los estudiantes sin excepción, de cualquiera de los niveles de enseñanza.

No conocemos, precisamente, quién es el responsable de impartir esta orden, pero evidentemente se trata de alguien que no está de acuerdo con que los jóvenes puedan festejar libremente un logro alcanzado con gran sacrificio y sin hacerle mal a nadie.

No se pueden distraer recursos de las fuerzas de seguridad en impedir este tipo de festejos, cuando hay otras necesidades vinculadas a la inseguridad que son más urgentes y que sí requieren la presencia policial con urgencia.

La celebración de un universitario que ha concluido su carrera merece la mayor consideración y que no se la haga ver como algo indebido.