Señor director:
Hace unos días presencie una desagradable situación. En pleno centro de San Juan, una nena de 5 años, vendía golosinas a los clientes de las confiterías en la peatonal. Seguro está menor estaba controlada por algún adulto, porque a las 21 horas, una pequeña de esa edad no puede estar sola.
La Policía a quien llamé, no entendía de que hablaba. Parecían desconocer que un niño no puede trabajar, no puede estar solo en la calle. Eso es al menos, abandono de persona y explotación infantil. Pero a nadie le sorprendió, parecía algo normal. Son esos niños los que luego nos llegan a las guardias de los hospitales abusados, accidentados o drogados. Nadie se ocupa, la Justicia, el Estado no parecen ver esto.
No quiero pensar que esa nena que hoy ví es parte de una red de explotación como esa película de la India, que parecía lejana, pero hoy observé una escena acá, en mi peatonal de San Juan. No era la India era Argentina.
