Señor director: 
Días pasados leí en este prestigioso medio de comunicación, una nota en la que se trató con la debida seriedad, la problemática del arbolado público de la Ciudad de San Juan. También fueron muchos los lectores que se han expresado en la sección "Los lectores opinan”, con formales quejas, muy válidas. Todo ello en el marco de una realidad cuyos protagonistas son los árboles de la ciudad.  

Esta nota a la que hago mención, se refería al abandono de una reserva arbórea ubicada en Alto de Sierra que la Subsecretaría de Medio Ambiente abandonó, dejando secar más de 3.000 ejemplares que estaban dentro de un mentiroso mega plan de reforestación provincial. 

Se trata de toda una mega vergüenza y atentado para con la naturaleza. La negligencia e inoperancia de los funcionarios, nos perjudican la calidad de vida, a los que estamos y a los que vendrán. 

He sido dirigente vecinal por muchos años. Una vocación de servicio totalmente ad honorem, que lo único que busca detrás de estas instituciones, es mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los vecinos y jerarquizar la función del dirigente.  

Concurrí a cientos de reuniones, charlas, proyectos, faraónicas promesas, etc., ya sea de la Subsecretaría de Medio Ambiente como de la Municipalidad de la Capital. El compromiso de los funcionarios siempre fue el mismo: hacer un pulmón verde de la ciudad de San Juan, que muy lamentablemente hasta el día de la fecha, nada de eso se manifestó. Más se va retrocediendo y lo único que queda son promesas incumplidas y árboles moribundos. 

No otorga buenos "réditos políticos” a un funcionario de turno mentir. Sí, mentir a una ciudadanía que exige sus derechos. Hay funcionarios/as que llevan una eternidad en los mismos puestos. Pero nada se ha aprendido. Por lo menos no prometer lo que no van a cumplir.  

Nunca se "tomó al toro por las astas” en la ciudad de San Juan, después de la apertura de la avenida de Circunvalación. No existe un buen sistema de regadío para darle vida a la arboleda, "Para muestra basta un botón”, dice un viejo dicho. Y, es verdad. Mirando la foto que ilustra esta nota, es el fiel reflejo de lo que muchos árboles sufren. 

Si me remito a mi calle, General Acha, al Norte de Cereceto, hace más o menos 50 años que las moreras no ven agua. Sólo sobreviven por la buena voluntad de los vecinos que aportan con sus baldes con agua o bien las esporádicas lluvias. 
Pero eso sí, los funcionarios de turno, a destiempo mutilan la arboleda pública, sin importarles las consecuencias y menos la opinión de técnicos, que sí saben de temas forestales. 

Todos aportamos a las arcas del Estado, qué a través de los gobernantes dan respuestas verdaderas a nuestros derechos. No respetarlos hacen al deterioro de la credibilidad para con ellos. 

 La naturaleza es parte de nuestra calidad de vida, y hay que respetarla, mirar para otro lado, es convertirse en ignorantes.