
Desde hace varios años San Juan organiza su "Feria Internacional de la Artesanías”, un evento que hay que aplaudir y bregar por su continuidad. Las artesanías son piezas únicas, bellas, que brotan de las manos de verdaderos artistas. Ellos han preservado en sus saberes de antiguas tradiciones culturales. Estas tienen que ver con la identidad de un pueblo y con su patrimonio tangible e intangible, es decir que estos objetos están colmados de valores culturales. Visto desde la ciencia antropológica, más precisamente del Instituto Nacional de Antropología, se las define como: "una artesanía tradicional es un objeto producido en forma manual, con utilización de materias primas locales y procesos de transformación,a demás de la elaboración basados en conocimientos trasmitidos de generación en generación, con las variaciones de la creación individual”. Por otra parte, el experto en este tema, Enrique Roncancio, apunta que la "artesanía es el resultado de la creatividad y la imaginación, plasmado en un producto en cuya elaboración se han transformado racionalmente materiales de origen natural, generalmente con procesos y técnicas manuales”. Nuestra provincia tiene un universo de artesanías, cuyos hacedores han ganado varios premios a nivel nacional e internacional, algo que debe llenarnos de orgullo. En recónditos lugares sanjuaninos existen artesanos. Sus habilidades se remontan a nuestra propia historia. Nacieron sin lugar a dudas con la misma humanidad. Las artesanías locales, además de su belleza, tienen un hondo valor simbólico. Tenemos, por ejemplo, las creadoras de las conocidas frazadas jachalleras, abrigadas y coloridas, o las tejedoras de Maipirinqui, en Iglesia, perfectamente estudiadas por la antropóloga María Cristina Krause. En este lugar subsisten telares, de donde surgen alforjas, cubrecamas o ponchos. Igualmente los trenzadores vallistos son geniales, ellos realizan, lazos, bozales, chicotes o cinchas. También en esos alejados puestos de ganado caprino, en las cercanías de El Encón, departamento 25 de Mayo, tuve oportunidad de conocer y observar anónimos artesanos, quienes utilizan como materia prima, principalmente el cuero, juncos y hasta totora. A todos ellos hay que aplaudirlos y continuar valorando o revalorándolos, como también adquirir sus productos.
Por Edmundo Jorge Delgado
Profesor – Magister en Historia
