Señor director:
Será la costumbre "añeja" de regar las calles de tierra. Pero esa actitud se vuelve cultural y a veces se transforma en perjudicial. Me refiero a que muchas personas riegan el asfalto para que se "refresque" un poco, luego de una jornada donde el sol sanjuanino agobia. Eso sucede en muchos barrios del Gran San Juan, incluyendo el mío, el Aramburu, donde hay varias personas, sin distinción de sexo, que riegan sin darse cuenta que el asfalto se va deteriorando, debido a que no es de muy buena calidad. Y, todos nos damos cuenta de ello. Ante esta situación, como otras tantas que suceden, sería conveniente que las autoridades provinciales como municipales brinden consejos públicos por a través de los medios de comunicación para que entre todos aprendamos a convivir y no dañar lo público, como lo es en este caso el asfalto.
Mario Lopreite DNI 17.190.815
