En mis andanzas por la ciudad he llegado a comprobar algo que puede resultar un poco desalentador para quienes aspiran a que la igualdad de género se dé en todos los ámbitos. Me he dado cuenta que los hombres tienen acaparado el nomenclador urbano, es decir la mayoría de los nombres de calles y avenidas son masculinos. Lógicamente hay excepciones, pero encontrar una calle con nombre de mujer no es tarea fácil y a esto lo podemos comprobar en nuestra propia ciudad Capital donde a pesar de que tenemos las calles Paula Albarracín de Sarmiento, Patricias Sanjuaninas, Mary O’Graham y Avenida Argentina, entre otras, casi todas las demás llevan nombre de varón.

 

La eterna esquina de Bernardino Rivadavia y Tucumán, en la ciudad Capital. 
Foto: José Mazuelos año 1948.

 

Estamos en una provincia donde se rinde homenaje con el nombre de una calle a un "carrerito” y no a una "carrerita” y donde la mayoría de las arterias llevan nombres de próceres, políticos, santos, fechas, etc.

En realidad, son pocas las mujeres que se han merecido el homenaje de que una calle lleve su nombre, siendo que nuestra historia… y también nuestro presente hay mujeres que se merecen el homenaje de que una calle o un predio lleve su nombre. Son mujeres que se han destacado en el plano social, político, cultural y en la acción comunitaria.

Hay otra curiosidad que deseo señalar, los nombres calle, arteria o avenida son femeninos, pero cuando hay que ponerles un nombre se prefiere el de algún masculino.

Soy consciente de que en el transcurso de nuestra historia fueron muchos los hombres que se desatacaron por su labor y que por eso se los elige como referentes para que una calle lleve su nombre, pero no hay que olvidar que hay muchas mujeres, también destacadas que merecerían estar en alguna de las nuevas arterias que se habilitan en nuevos complejos habitacionales.

Leopoldo Mazuelos Corts     DNI 5.543.908