
Navegar en un bote que se mueve a pedal y nuestras piernas sean las encargadas de darle la dirección y velocidad, resulta más que una aventura. Era un momento de alegría y diversión que se experimenta a la experiencia compartida con amigos. En el lago del Parque de Mayo, hace casi 80 años atrás, existían estas embarcaciones, como parte del atractivo que este paseo brindaba. También existía "el trencito". Ambos medios de transportes eran los ingredientes necesarios para la total alegría de niños y familias sanjuaninas. Cuando uno observaba estas embarcaciones en el lago, nos llevaba a esbozar una leve sonrisa, ya sea por los gritos de alegría y diversión de los "navegantes" al salpicar el agua a los acompañantes ocasionales. Hasta no hace mucho, cuando uno disfrutaba de esta diversión. Ahora sería imposible, por la contaminación de sus aguas. El 16 de febrero del año 1940, mi padre (todavía soltero) y una amiga embarcaron en la aventura de navegar las aguas del Parque de Mayo, experiencia que se plasmó en una fotografía, que ahora es solo recuerdo, que muchos jóvenes y niños no entenderían. Estas travesías eran parte de saber compartir una amistad, en un lugar que los sanjuaninos mostrábamos con orgullo a nuestros visitantes y a nosotros mismos. Los llamados "Hidropiés", supieron unir muchas parejas y alegró a los jóvenes, como así a familias que supieron hacer de estas embarcaciones un motivo de alegría y amistad.
Por Leopoldo Mazuelos Corts
DNI 5.543.908
Foto: José Mazuelos
