El papa Francisco evocó el espectro de una guerra nuclear, en la que quien quede en pie de la humanidad tendría que volver a empezar "el día después", y pareció pedir a Dios que detenga al agresor en Ucrania. Francisco dedicó su discurso al envejecimiento y corrupción en la sociedad, contando la historia bíblica del Diluvio Universal que Dios utilizó para castigar a una humanidad pecadora y corrupta y al que sólo sobrevivieron Noé y su familia. "Nuestra imaginación parece cada vez más concentrada en la representación de una catástrofe final que nos extinguirá como la que ocurriría con una guerra atómica".

Philip Pullella y Javier Leira
Agencia Reuters