Resulta triste y hasta vergonzoso. La realidad es que durante casi un mes, minúsculos grupos de alumnos adolescentes de 30 escuelas porteñas se apropiaron de edificios del Estado, en una conducta totalmente ilegal. El motivo de las protestas fue por una reforma educativa que tan sólo es un proyecto. Además, quieren imponer a los adultos lo que quieren estudiar, si es que realmente pretenden terminar sus estudios secundarios. Pero más vergonzoso aún es que agrupaciones políticas de izquierda, junto con el kirchnerismo, agrupado en el partido Unidad Ciudadana, usen a estos chicos, según las informaciones llegadas desde Buenos Aires. Es decir, estos "espacios políticos" manipularon y manipulan a menores de edad para sus propósitos de ganar simpatías y obtener el poder a como dé lugar. Todo bajo la tan bastardeada "democracia", que usan como escudo cada vez que provocan, para luego victimizarse, cuando los intentan desalojar de protestas salvajes como las acontecidas desde hace un año, aproximadamente.
Para ellos, todo sirve a la hora de estar en contra de un gobierno nacional elegido por el voto popular. Es también lamentable que los chicos no quieran tener práctica laboral al finalizar sus estudios. Estos alumnos porteños aprendieron a la perfección doctrinas políticas reñidas con lo que es la democracia. Pero rechazan la cultura del trabajo.
Se hace necesario que los alumnos adolescentes tengan más socialización con el mundo laboral. Esto, debido a que se están preparando para un mundo exigente, ya que el avance de la tecnología en la actualidad es lo que pide.
Sería necesario que los estudiantes que tomaron colegios en la Capital Federal supieran cómo se preparan sus pares en San Juan y en otras provincias. Aquellos que estudian en escuelas técnicas y agrotécnicas, que tienen sus horas de taller, de granja. Que elaboran proyectos teóricos y prácticos realmente increíbles, como por ejemplo en la Escuela de Enología, donde se hacen diversas clases de dulces, entre tantos productos, que sólo les hace falta el apoyo económico para financiar esos proyectos.
¿Estos alumnos porteños pensarán que recibirán planes sociales para vivir sin trabajar?. Es triste ver que fuerzas políticas, sindicales y empresariales vinculadas con el anterior gobierno, hacen lo posible por desestabilizar la democracia. Es muy triste lo que ocurre con la educación politizada y autodestructiva.
