Ecuador presentó en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) su oferta para los visitantes de
“todo el mundo”, con el ánimo de convertirse en una “potencia” del sector y que sea el primer producto de la economía nacional.

Para ello se ha propuesto el objetivo “uno por uno”, es decir, un turista por cada habitante.

El Gobierno ha resuelto dinamizar el turismo nacional para que cada ecuatoriano sea un turista y promotor de su país y el mejor de los anfitriones.

Ecuador se autodefine como un país de “cielos abiertos”, así que espera que todas las aerolíneas lleguen llenas de turistas e inversores, con incentivos y seguridad para ellos. Además como el lugar de los “cuatro mundos” que el viajero puede encontrar en un país pequeño en extensión, pero grande en diversidad.

Después de algunos años de ausencia, Ecuador regresó a Fitur con la “potencialidad enorme” de sus selvas amazónicas, los volcanes nevados, las playas “maravillosas” y las Islas Galápagos,
sin olvidar que “la mitad del mundo lo cruza”, para ofrecer un turismo de experiencias en escenarios “mágicos e inolvidables”. Y también como escenario para la filmación de series y películas importantes.

El país hace una promoción “inteligente” con plataformas tecnológicas para conocer los resultados de la actividad turística, y se usan las oficinas diplomáticas, consulares y comerciales como “promotores”. Han salido al mundo a vender el país.

España es de enorme importancia para Ecuador por su condición de “puntal” turístico.

La ciudad de Quito ha sido presentada como “patrimonio vivo de la Humanidad”, donde el viajero puede encontrar “autenticidad” y una ciudad moderna con servicios de “altísima calidad” para el turismo, tanto tecnológicos, como de transporte y negocios.

Se cuenta con rutas turísticas en trenes de época perfectamente acondicionados, reconocidas internacionalmente por su calidad y valor social, para transitar desde las costas hasta las cumbres andinas, que generan 1.700 empleos y beneficia a cientos de familias locales.

Agencia EFE