Señor director:

"Buenos Aires, enero de 1939 (en las playas de Olivo), con todo cariño a mi eterna amiga Silveria, Cándida Fra. V”. Así rezaba la dedicatoria que junto a la foto la gran amiga de mi madre, Rosa Silveria Corts, enviaba para que supiera cómo pasaba las vacaciones en Buenos Aires. Una amistad que nació en la escuela, cuando cursaban la carrera de maestra, en la Escuela Normal Regional de Maestros Libertador General San Martín. Ambas egresaron como maestras rurales y una amistad que nunca tuvo fin. En esas épocas se acostumbraba que las niñas tenían que ir acompañadas de su fiel servidora, casi de la familia y sin vestir las "audaces” mallas de playa, que para esas épocas, eran la moda que se lucían en las playas de Olivo. El destino hizo que cada una tuviera caminos distintos, pero nunca perdiendo la amistad, Cándida se casó allá en Buenos Aires con un periodista, que llego a ser el jefe de prensa del diario Clarín, Eugenio Carter, en 1970. Silveria ejerció la docencia y se casó con un prestigioso fotógrafo, José Mazuelos, con quien armó una familia con seis hijos.

Amistades eternas, afectos incondicionales, que una sufrió primero y lloró la muerte. Ahora las dos y cerca de Dios, reirán la eterna amistad.