Señor director:  
La declaración conjunta, firmada, por el Papa y el Presidente de la Federación Mundial Luterana, con motivo de la conmemoración de los 500 años de la declaración de Lutero, subraya el anhelo de unidad. A través del diálogo y el testimonio compartido, a menudo en circunstancias de sufrimiento y persecución, ya no somos extraños. A partir de aquí se abre un amplio horizonte. 

Se trata de pasar del conflicto a la comunión, y su mejor expresión es un testimonio común que se concreta en el servicio y la defensa de los derechos humanos y de la dignidad de todos, en especial de los pobres, los perseguidos por su religión o quienes huyen a causa de la guerra. 

De esta forma los conflictos del pasado no serán obstáculo insalvable para seguir acogiendo el don de la unidad, que guiará la cooperación y hará más profunda la solidaridad, sosteniéndonos en el exigente compromiso de continuar el gran itinerario al que nos urge la voluntad del Señor.