Señor director:
Desde que se supo acerca del virus que ataca a la humanidad, las alarmas se encendieron. Uno de esos motivos fue y es, que muchas de las víctimas son adultos mayores, en su mayoría con enfermedades crónicas. Esto me trae a la reflexión algunos pensamientos que quiero compartir con los lectores de vuestro prestigioso diario. Entre esos pensamientos con preguntas están algunos como: ¿cuánto valor le damos en la vida cotidiana a los adultos mayores, sean o no "abuelos"?, como les llamamos. ¿Les ayudamos a cruzar la calle, nos ocupamos de ser amables con ellos, de darles el asiento en un colectivo, de mejorar su calidad de vida, de que no sufran calor ni frío cuando muchos de ellos tienen que cobrar su magro salario? A veces, por ser jóvenes o de mediana edad, no percibimos que algún día podríamos llegar a esa etapa de vida. Entonces viviremos en carne propia lo que nuestros padres o abuelos sufrieron y sufren esta clase de tratos. Creo que como parte de nuestra educación deberíamos ejercitar más los valores morales, entre ellos, el respeto a hombres y mujeres que se brindaron por nuestro país y transitan el crepúsculo de sus vidas.
Ramón Ochova
Poeta costumbrista
