Señor director:

Por estos días escuche una comparación que me pareció muy ocurrente para evaluar el tema del sacerdote implicado en un presunto caso de abuso sexual. Se dijo que este caso es como cuando se produce la caída de un avión.

"Todos los días hay ciento de miles de vuelo en todo el mundo, pero cada vez que cae un avión es una gran noticia.”

Si bien no es la comparación más feliz ni la más acertada, en el fondo tiene alguna lógica. Lo ideal sería que así como no debería caer ningún avión ni producirse muertes a consecuencia de esto, tampoco tendría que haber abusadores en ningún orden de la vida.

Pero la realidad es que se suelen producir accidentes aéreos y que hay abusadores hasta en ámbitos eclesiásticos.

De todas formas habrá que trabajar más insistentemente para que estos hechos no se produzcan. En materia aeronáutica, mejorando la tecnología y optimizando los sistemas de controles y mantenimiento de las aeronaves.

Y en materia eclesiástica siguiendo de más cerca el comportamiento de los sacerdotes o personas vinculadas a la Iglesia, renovando sus compromisos periódicamente o fortificándolos espiritualmente cada tanto para evitar que caigan en ese mal comportamiento. Pero en ambos casos hay otra cosa que no podemos dejar de hacer: Seguir rezando por nuestros aviones, tripulaciones y pasajeros y por los sacerdotes que nos acercan la palabra de Dios cada día.

 

Eleuterio Jesús Quiroga    DNI 13.973.561