Señor director:

Los expertos dicen que los mitos constituyen una especie de relatos sagrados, en los cuales los protagonistas son dioses, héroes civilizadores o personas con cualidades especiales, capaz de manipular o de estar conectados con el universo cósmico sacro. Los mitos son producciones de la imaginación simbólica del hombre, cualidad esta que le permite conocer las cosas no por la vía de la racionalidad, sino por las emociones u otros estados semejantes. Acorde a lo dicho, es indudable que la figura de Carlos Gardel ocupa un espacio significativo en el mundo mítico de los argentinos. Los sociólogos y antropólogos que se ocuparon de estudiar al fenómeno gardeliano consideran varios aspectos. Ellos explican que ya en vida, el "Morocho del Abasto", comenzó a cosechar condimentos míticos como rasgos de una dimensión especial o superior, en relación a sus coetáneos. Uno de estos ingredientes fue su propio perfil como cantor; su voz, sonrisa y en general su varonil estampa, que lo convirtieron en vida en una especie de figura admirada como celestial. A su vez, el arte que lo imbuía, se multiplicó durante su corta existencia, a través de los discos que gravó y películas que filmó. De esta manera el fenómeno Carlos Gardel comenzó se expandió por el mundo, en especial, Hispanoamérica. Además, hay que agregar otros factores que contribuyeron a la construcción del mito, como su nacimiento. Es que en su estrellato surgieron versiones sobre su nacionalidad, algunas decían que era uruguayo, otras argentino o francés. Este misterio también tiene que ver con el nacimiento del mito. Otras motivaciones fueron su edad, su estrato social, si dejó o no descendencia, etc. Estas consideraciones envolvieron su estampa, con un aura enigmática, que aún perdura. Por último, el destino trágico, dio su cincelada final en el diseño mítico, el infausto fin ocurrido en la flor de su edad, tiene un hondo sentido sacralizante. De esto se desprende que su figura haya generado una devoción popular, que año tras año, sea en la fecha de su nacimiento o de su muerte, se evidencia en su tumba en el cementerio de la Chacarita. Aquí, sus incondicionales y público en general, a través de una serie de ritos particulares, como colocar un cigarrillo encendido en la mano de su estatua, renuevan y alimentan mito de Carlos Gardel.

 

 Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia