He tenido la suerte de nacer en un barrio futbolero. Como creo son todos los barrios de mi ciudad. “Pero como el mío no hay”, se me da por decir, con la desfachatez del que saca pecho, al defender la supuesta primacía de su terruño. En una escala u orden de mérito que nadie estudió, pero que se hace, a veces, apurando un juego que todos juegan y que suele dirimirse en el verde rectángulo de una cancha de fútbol. Camiseta de por medio. Nosotros tenemos la nuestra, a quien le debemos devoción: la de Del Bono. Y cerca, tenemos nuestro vecino, Sportivo Desamparados (ver foto arriba), con quien nos trenzábamos en una dura disputa por ser el mejor dentro de la cancha, y que, vaya vanidad, en el mejor barrio, con la mejor hinchada. En fin, el mejor en todo.

“Barrio vecino, y futbolero, vías al norte sos mi rival. Pero te quiero, porque me diste, grandes amores de no olvidar”, comienza un tanguito de mí autoría, y que alude a esas justas deportivas que hicieron historia en los tiempos de mi niñez. “Son hijos nuestros, los de Punteto, Fermín Rodríguez, la Libertador. Suburbio amigo, donde de pibe, en el Splendid juré mi amor”. Lo de “hijos nuestros” es dicho con afecto, jugándole otra ficha a esa disputa que se juega entre barriadas, por diversión. “Vías al norte”, es una visión mía, cuando niño, porque para mí los “Puyutanos” habitaban al norte de las vías que iban por detrás de Cinzano. Es decir, de la calle Reconquista “para allá”. Y es que en la Reconquista vivían mis primos, los Nehín, y allí tuvieron su casa natal los tres hermanos Nehín, que como saben hicieron historia en Sportivo, en los años treinta (ver foto abajo). Mi madre, por supuesto, era de Sportivo, y quien es mi compañera oyó el chamuyo de mi juramento juvenil, en una matinée del cine Splendid.

 

José Nehin.

“Barrio Puyuta, cuna de un trío, jugaba un fútbol de gran perfil. Eran ‘de bute’ y de Sportivo, hijos de un turco, los tres Nehín. Barrio Puyuta, el de la plaza, donde caían pa’coquetear, lindas pebetas y fue mi vieja, que a uno e’Del Bono, supo enganchar”. (El término “de bute” es del lunfardo, y significa “excelente”). Sí, mi vieja era de Sportivo y mi padre de Del Bono, justo de la contra. Cosas de la vida, y que me tiene con la obligación de guardarle un cachito de mi corazón a los “puyutanos”, aunque sea todo de Del Bono. Perdón, muchachos de la Esquina Colorada, pero sepan comprender por qué digo que quiero a ese barrio, aunque el “Golo” Tapia, una vez que canté ese tango en su casa, medio en broma me prohibió hacerlo otra vez, al menos en su vivienda. 

Y finaliza el tango, en su segunda parte: “Así de cerca, siento ese barrio, que yo de chico supe admirar. Entre sus pibes, glorias le dieron, los Vega, el ‘Tripa’ y los Roldán. Hoy que los años, te han transformado, tu vieja iglesia, Basílica es hoy. Barrio Puyuta, ¡gran serpentario!, hoy quise abrirte, mi corazón”.