Señor director:

Me siento nuevamente en la obligación de dar gracias, por la nueva atención recibida, por parte del personal de la Unidad Coronaria del Hospital Marcial Quiroga, en especial, enfermeras/os en su mayoría joven, muy atenta y respetuosa, dispuesta a contener a los pacientes física y emocionalmente. Es tan común juzgar a los jóvenes por su conducta despreocupada, mientras que aquí emociona por todo lo contrario, algo que llena el alma. Claro, es imposible retener el nombre de todos, pero no olvido a la sonriente Carolina, una chica que me compró el corazón y alivió mis miedos, o cómo Franco, que un día se animó al chiste, sacándome una sonrisa, y otros, que se tomaron 5 minutos para unas palabras, que me sacaran de esa absoluta abstinencia de charlar que es mi mayor adicción.

No quiero dejar de lado al personal de limpieza, como tampoco a los empleados que nos acercan y sirven los alimentos, con una sonrisa y cálidas palabras.

Sobre todo, resaltar el acompañamiento del doctor Enrique Sebastián Conti Ganancias, y la enfermera María Elvira Díaz, de quienes fui paciente, hace ya casi un año y me brindaron su atención con la humanidad propia de los grandes. Excelentes personas, cuya vocación por ayudar al prójimo es inigualable y siempre ruego que muchos los imiten. Estas pocas líneas no logran describir su altruismo.

Sabemos que es para lo que se prepararon, y reciben un sueldo, pero contar con tal empatía, nos hace humanos, realizarlo con tan buen ánimo y predisposición, ayuda al enfermo a luchar con un apoyo extra. Sólo somos humanos, de uno y otro lado, el respeto debe ser mutuo, al igual que la humanidad, eso nos hace mejores. Como siempre agradecida, pidiendo al ser que cada uno crea, por su bienestar en estos días tan difíciles, reiterando mi agradecimiento y admiración. Gracias a todos.

María Castro Marín
DNI 17.205.189