Señor director:
Con motivo del fallecimiento del querido sacerdote, Román Becerra, deseo compartir con los lectores este poema en su honor.
"¡Abríos, puertas eternales! que va llegando un peregrino.// Un alba inmaculada viste este gran viajero,/ y una estela luminosa va dejando en su camino.// Lleva en su mano derecha la lámpara de la fe y la esperanza encendida,/ y en su brazo izquierdo, aprieta con amor la Sagrada Biblia.// Porta en sus espaldas una gran mochila:/ son sus obras terrenales, las que con amor ofrecía cada día.// Este peregrino es el Padre Rogelio Román Becerra,/ que fue llamado por Dios Padre porque su misión se había cumplido.//
Le despedimos con un dolor y oración que se hace incienso,/ y lágrimas que María, la Madre sacerdotal recibe.// Ella fue para él modelo de pureza, oración y obediencia,/ a la que amó y exaltó públicamente.// ¡Aleluya! Cantan los ángeles y bienaventurados del cielo.// y todo se inunda de gozo.// La Trinidad Santísima y María Inmaculada le reciben;// y es Jesucristo, nuestro Rey el que le corona de gloria.
