Señor director:
Hace dos años y medio enviamos a los senadores nacionales una carta donde les pedíamos de todo corazón que pensaran bien a la hora de votar la ley de legalización del aborto. El 10 de diciembre celebramos la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que en su artículo 3 dice: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. El lema para este año es "Defendamos los Derechos Humanos”. Pues ¡defendámoslos! La vida no se debate. Se defiende. El aborto, legal o ilegal, no soluciona ningún problema. Ninguna mujer quiere llegar a un aborto. Llegan a esta situación desesperadas, angustiadas, desgarradas, solas y lo que es peor, sin contención. ¡Abracémoslas! Brindemos contención legal, segura y gratuita. Eduquemos, prevengamos, asistamos, pero no descartemos al niño por nacer. Nadie sobra en este país. Más de 40.000 argentinos han muerto a causa del Covid-19. No sumemos más dolor a este flagelo.
Los profesionales de la salud están exhaustos y estamos frente a una crisis sanitaria y económica.
La Academia Nacional de Medicina considera: "Que el niño por nacer, científica y biológicamente es un ser humano cuya existencia comienza al momento de su concepción”. El aborto es un fracaso social. No es justicia social. El aborto no es inclusivo. El Pacto de San José de Costa Rica, en su artículo 4, dice: "Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”.
Por lo tanto, nadie puede ni debe arrogarse el derecho a decidir quién puede vivir y quién no.
"El gran destructor de la paz hoy, es el crimen del niño inocente no nacido”, Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz, 1979. Tengan el coraje y el valor de proteger las dos vidas.
Mercedes Moreno Klap
Fundación AMA (San Isidro)
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