
En ese entonces yo tendría 7 u 8 años, por lo cual los bailes de carnaval no eran para mí, tampoco para mis hermanos. Pero nos gustaba ver pasar la gente hacia la pista de la cancha de Del Bono, donde se celebraba el carnaval en aquellas "6 grandes noches 6", que el "Yuyo" Alvarez promocionaba desde temprano. "Baile ría y diviértase", invitaba gentilmente. Hasta que descubrimos una manera de participar a nuestro modo. Con mi hermano mayor subíamos al techo de la casa, con un balde, bombitas de agua y jugábamos a "hacer puntería" con los que pasaban por la San Miguel rumbo al baile. Nos amparaba la oscuridad y la travesura. Después la contábamos a los muchachos. Así fueron aquellos años de comienzos de los cincuenta, no siendo consciente que fuera de mi reducto barrial había otra vida, otra movida, que aprovecho para rescatar de estos recuerdos expuestos por el maestro músico Alfredo Carbajal en su libro "Pensamientos y recuerdos para sonreír". Cuenta Carbajal que "el carnaval era apoteósico. La chaya era libre en horas de la siesta, en familias y entre vecinos. El atardecer era para el improvisado disfraz. En los niños el disfraz era una pasión para las madres, y esto le permitía participar sábado y domingo por la tarde, en el gran desfile infantil. Un disfraz sencillo y clásico entre los mayores para ocultar fácilmente la identidad, era el dominó, que consistía en una capucha, que se prolongaba como sotana hasta los pies. Su uso permitía que personajes ilustres se mezclaran entre la multitud y accionaran libremente. A las 22 horas, el corso generalmente en la plaza 25 de Mayo. Una multitud acudía desde temprano. Las bandas de música de la Policía y del RIM 22, fusionadas tocaban la Marcha de San Lorenzo. Lujosos carruajes y comparsas, rivalizaban en cantidad, vestimenta y musicalidad. Finalmente los grandes bailes coronaban el carnaval. Remataba el carnaval en los bailes de micareme, y finalmente el baile de disfraces". Y finaliza Carbajal con esta nostálgica reflexión: "de pronto, esta fantástica época de fantasía y bonanza, fue decayendo. Apareciendo caras tristes y preocupadas. ¿Todo esto fue realidad o un sueño?"
Orlando Navarro
Periodista
Autor citado: Alfredo Carbajal
Ilustración: Rodolfo Crubellier
