Según el Ministerio de Salud de Argentina, 1 de cada 100 personas en el país es celíaca, pero la gran mayoría, 8 de cada 10, desconocen su condición debido a la falta de síntomas específicos o a la falta de sospecha por parte del médico. Y afecta entre el 0,6% y el 2% de la población mundial, siendo más común en mujeres en un 60% de los casos. La prevalencia entre los niños en Argentina es mayor, ya que afecta a 1 de cada 79. Su presentación puede ir desde manifestaciones clínicas muy severas a formas totalmente asintomáticas.
La enfermedad celíaca es la intolerancia total y permanente a las proteínas contenidas en el gluten de los cereales trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y, cuando una persona que la padece consume algún alimento con gluten, su intestino se daña y se vuelve incapaz de absorber nutrientes necesarios para mantener saludable al organismo. Por eso, en muchas casos el paciente sufre desnutrición o anemia y sus consecuencias.
Puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde que se incorpora gluten a la alimentación hasta la adultez avanzada y una de cada 100 personas es celíaca, pero la gran mayoría lo ignora a pesar del malestar que padece, por lo cual, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó el 5 de mayo como el Día Internacional de la Celiaquía para visibilizar y concientizar sobre esta enfermedad.
Puede manifestarse con diferentes síntomas y signos, según la edad:
Niños: diarrea crónica, vómitos, distensión abdominal, falta de masa muscular, pérdida de peso, retraso en el crecimiento, piel y cabello secos, descalcificación, inapetencia, irritabilidad, alteraciones en el esmalte dental, dislexia, autismo, hiperactividad, etc.
Adolescentes: dolor abdominal, falta de ánimo, rechazo a actividades deportivas, retraso en el ciclo menstrual, baja talla, retraso puberal, estreñimiento, queilitis angular, aftas recurrentes, anemia ferropénica, cefaleas, etc.
Adultos: osteoporosis, fracturas, artritis, diarreas, estreñimiento, desnutrición, abortos espontáneos, hijos recién nacidos con bajo peso, impotencia, infertilidad, pérdida de peso, anemia ferropénica, caída del cabello, colon irritable, menopausia precoz, astenia, depresión.
Es una enfermedad con tantos síntomas que muchas veces se confunde con otras patologías y se demora su diagnóstico.
Cómo se llega al diagnóstico
Se llega a un correcto diagnóstico por la búsqueda de anticuerpos en sangre y por el estudio de las vellosidades intestinales, ambos con rigurosa interpretación y seguimiento por médicos especialistas, nutricionistas y grupos de apoyo.
“El único tratamiento científicamente probado es la estricta adherencia para toda la vida a una dieta libre de gluten, compuesta por alimentos libres de gluten”, sostuvo la licenciada en Nutrición (M.P. 6.111), Mirla Leonor Lucero, del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires y agregó: “Esta enfermedad está íntimamente relacionada con la malnutrición, enfermedades asociadas, con la inequidad en el acceso a los alimentos sin TACC, por su precio y la calidad nutricional”.
La celiaquía no tiene cura, aunque siguiendo una adecuada alimentación, se restablecen las vellosidades intestinales logrando absorber todos los nutrientes necesarios. ‘Por encima de todo, e independientemente del patrón alimentario elegido, lo fundamental es que las personas celíacas cuenten con seguridad alimentaria, siendo esta un derecho para poder obtener los alimentos libres de TACC con mejor la accesibilidad económica y geográfica’, concluyó Lucero.
> Punto importante
Es importante señalar que “un alimento que no contiene gluten puede contaminarse por estar en contacto con otros alimentos que lo contengan o bien, por utilizar los mismos utensilios para cocinar o manipular unos y otros, sin higienizarlos correctamente.