En un comunicado, el fiscal general de la dictadura chavista, Tarek William Saab, informó sobre la detención de Nahuel Agustín Gallo, a quien acusa de haber “intentado entrar al país de manera irregular”. Según el fiscal, “ocultó su verdadero plan criminal bajo el ropaje de una visita sentimental”. De acuerdo con el comunicado, su caso está siendo investigado por presuntos vínculos con “acciones terroristas” atribuidas a grupos opositores.
En su declaración oficial, el Ministerio Público venezolano explicó que Nahuel Agustín Gallo habría sido aprehendido “habiéndose cumplido con los plazos procesales correspondientes”, conforme lo estipulado en el Código Orgánico Procesal Penal venezolano. El régimen venezolano sostiene que la detención de este ciudadano está relacionada con su pertenencia supuesta a un grupo vinculado a la ultraderecha internacional, que presuntamente buscaba ejecutar actos desestabilizadores desde territorio venezolano.
Además, el fiscal Saab aseguró que las acciones judiciales tomadas en Argentina, como una resolución emitida por la Cámara Federal de Mendoza, muestran la complicidad del gobierno argentino. En el texto, destacó que este respaldo a “los familiares del procesado” tiene como finalidad debilitar al Estado venezolano. Según su pronunciamiento, “las declaraciones y acciones realizadas por el gobierno argentino… dejan clara la complicidad de las autoridades de esa Nación en planes subversivos”.
Por su parte, el Ministerio Público de la dictadura subrayó que el acusado está siendo procesado conforme a lo establecido en la Constitución venezolana, y su caso está en manos de un juez. En palabras de Saab: “El precitado imputado está a disposición del juez en base a lo establecido por nuestra Constitución y las leyes nacionales”.
La polémica escaló aún más cuando el comunicado hizo énfasis en que la dictadura de Venezuela considera que los recientes movimientos en el ámbito judicial argentino tienen un trasfondo político. El funcionario señaló sin ofrecer pruebas un respaldo a “los planes subversivos que buscan atacar por cualquier vía al Estado venezolano”. Esto se inscribe en el contexto de una relación ya tensa entre la dictadura de Nicolás Maduro y el gobierno del presidente Javier Milei.