La negativa de dos diplomáticos rusos a realizarse un control de alcoholemia en un puesto de la Ciudad de Buenos Aires obligó ayer a que interviniera la Cancillería y las fuerzas de seguridad nacionales, ante una escalada que motivó una queja de la embajada de Rusia en la Argentina.

Todo comenzó cuando el conductor de un auto diplomático de la embajada de Rusia se negó a realizar el test de alcoholemia tras ser detenidos por oficiales de tránsito en el marco del operativo de seguridad vial por Navidad.

El conductor del Volkswagen Vento blanco con dominio D094CSB, no aceptó brindar la documentación que le pedía la Policía ni a realizar el test con un dispositivo para determinar el nivel exacto de alcoholemia. Ante la negativa, los agentes escoltaron el auto hasta la embajada de Rusia, en Rodríguez Peña 1741 y elaboraron el acta de infracción.

El conductor tiene documentación rusa y fue identificado como Sergei Baldín, de 38 años. Junto a Baldín había un segundo hombre, identificado como Cardmath Solomatin, también de nacionalidad rusa.

En la puerta de la embajada rusa, un vocero que solo se identificó como Alexander y dijo cumplir funciones de primer secretario de la sede diplomática, consideró que el incidente fue “una grave violación del derecho internacional”. “Según la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas, los vehículos diplomáticos no pueden ser objeto de ninguna parada ni registro”, afirmó en la embajada, ubicada en el barrio de Recoleta.

Media hora después, otra persona, también con un auto con chapa diplomática, fue demorado en el mismo control en Recoleta. Desde la Ciudad recordaron que, según el artículo 41 de la Convención de Viena, todas las personas que gocen de privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del país receptor.

El segundo demorado es Cardmath Salomatin, quien circulaba en un Toyota Corolla gris. Es codirector de la Casa de Rusia.