El Senado realizó este lunes por la tarde una discutida reunión de Labor Parlamentaria para moldear el debate en el recinto de la ley Bases y el paquete fiscal, que comenzará el miércoles, desde las 10: cada iniciativa se tratará por separado, por lo que se espera una sesión extensa que continuaría, casi con seguridad, al día siguiente.
Según informaron a Infobae un par de legisladores que participaron del encuentro, consumado en el despacho de la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, habrá 10 oradores por interbloque para la ley Bases, que tendrán 10 minutos cada uno. A esto deberá sumarse los miembros informantes, con 20 minutos, junto a los cierres para los jefes de bancadas, con igual cantidad de tiempo.
En tanto, para el paquete fiscal se propuso a cinco oradores por interbloque, con 10 minutos para cada expositor, además de los miembros informantes y titulares de las bancadas, con 20 minutos. Para las votaciones en particular de cada iniciativa, el acuerdo es que se vote por capítulos -se descartaron títulos, que era más general- y en algunos artículos, se hará por separado.
Para el caso de los miembros informantes, la ley Bases tendrá como defensor del dictamen de mayoría al presidente provisional del Senado y titular de la comisión de Legislación General de la Cámara alta, el libertario Bartolomé Abdala (San Luis), quien por la noche quedaría a cargo de la sesión por el viaje a Europa de Javier Milei, lo que llevará a Villarruel a comandar el Ejecutivo. En tanto, por el despacho de minoría lo hará Martín Lousteau, ya que fue el único que presentó un texto alternativo.
En cuanto al paquete fiscal, el líder de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, defenderá el dictamen de mayoría por ser el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda. Si bien se espera que se respeten los tiempos, tanto miembros informantes como jefes de bloque tendrían un aliciente en caso de necesitar algunos minutos extra. Por el despacho de minoría estará Lousteau.
Lo que todavía no se definió, de cara a la sesión especial de pasado mañana, es la posibilidad de activar un cuarto intermedio entre ley y ley, algo que no descartaron esta noche al término de la reunión de Labor Parlamentaria. Para el oficialismo, no debatir ambas iniciativas de manera conjunta significa un paso hacia atrás, debido a que cada hora que se extienda el encuentro derivará en una lupa sobre legisladores para sostener el quorum antes de las votaciones, una situación siempre delicada a la hora de las picardías.
Para la ley Bases se estima, si se considera el supuesto interés de los legisladores para disertar, entre cinco y siete horas antes de la definición en general del proyecto. Después vendrá el tratamiento en particular, donde senadores podrían proponer modificaciones al dictamen de mayoría que empujan el oficialismo y una oposición dialoguista que, por momentos, parece estar atada con alambres. El texto en cuestión tiene 10 títulos y 31 capítulos. Si se agregan las eventuales separaciones de artículos se realizarían, como mínimo, al menos 35 votaciones sobre este tema.
Distinto nivel de complejidad representaría el paquete fiscal, con ocho títulos y 16 capítulos, que igual aumentarán las horas de tratamiento. Por ello la importancia de la extensión de la sesión y el quorum, con negociaciones que continuarían, incluso, en el recinto.
El oficialismo siempre entendió la complejidad a la que se enfrentaba en la Cámara alta con estas dos iniciativas y, pese a la resistencia inicial desde la Casa Rosada -persisten diferencias sobre cómo encarar el asunto-, negoció dictámenes con cambios para ambos proyectos para aprobarlos y devolverlos, en segunda revisión, a Diputados. Aún persisten tirones sobre artículos que hoy están, en una votación en particular, del lado de la derrota. No sería por dos tercios, por lo que la Cámara baja podría insistir con la versión original. Todo un desafío para Martín Menem.
Por otra parte, La Libertad Avanza ya sabe que los artículos con derrota asegurada se encuentran, como mínimo, en las privatizaciones y Ganancias. También se mira con lupa a las facultades delegadas, que preocupan más con el correr de las horas. Nada sería por dos tercios, pero los libertarios tampoco pueden relajarse y depender de Diputados y una eventual insistencia con la versión original. Allí, los legisladores se llevan cada vez peor con Menem, quien gatilló algunos reconocimientos administrativos para amortiguar quejas. Se esperan más.
Sobre algunos artículos aparecen potenciales posibilidades de negociación. Una es quitar Aerolíneas Argentinas de las privatizaciones, siempre y cuando los dialoguistas confirmen los votos necesarios para aprobar al resto de las empresas, así como las facultades delegadas. El problema, como contó Infobae en los últimos días, es el “corrimiento del arco” y que se agregue seguido a ello el Correo Argentino.
Otro debate interesante se da sobre Ganancias. Es que, luego de la suba que habría de 22% para los mínimos no imponibles en patagónicos, muchos legisladores del centro y norte del país quedaron en un lugar incómodo, ya que reactivarían el tributo para ayudar a todos los mandatarios provinciales mientras que los del sur, incluso con la mejora que incorporó el Ejecutivo, no apoyarán los artículos. Esto llevó a que varios senadores duden sobre el voto y apuesten a desactivar, en particular, dicho 22%.
Las dos iniciativas tendrían, para su discusión en general, entre 36 y 37 -quorum- voluntades. Aún resta saber qué hará Lousteau en esa instancia -o si se abstendrá- y su compañero de bancada Maximiliano Abad. El bonaerense y ex diputado provincial ingresó en una burbuja de silencio la última semana, a la espera de mayores búsquedas de “consensos”.