El gobierno formalizó esta semana el pedido de un nuevo acuerdo con el FMI y desde mañana queda sin efecto el impuesto PAIS. Sin embargo, en el mercado financiero se especula con que la salida del cepo cambiario demorará más de lo previsto y ya no esperan que las restricciones cambiarias se levanten en la primera mitad del 2025, y las apuestas de los inversores piensan más en alguna fecha posterior a las elecciones legislativas de octubre.

Una de las razones está vinculada con el salto que experimentó el dólar en los últimos días. Cuando parecía que la brecha cambiaria se reducía al mínimo y que la divisa se ubicaría en torno de los $1.000, se produjo una fuerte suba que terminó ubicando al blue en $1.180.

El ministro de Economía, Luis Caputo, buscó relativizar la suba y la adjudicó a una mayor demanda por las vacaciones. Pero semejante salto dejó en evidencia que por ahora se está lejos de una estabilización total del mercado cambiario.

Esta comprobación choca de frente con la posibilidad de levantar el cepo en el corto plazo, aunque el gobierno seguirá avanzando con la flexibilización de los muchos cerrojos que aún quedan.

Fuentes oficiales admitieron que la capitalización del Banco Central es una cuenta pendiente para la salida del cepo cambiario. Esa variable clave sigue en terreno negativo, en torno de los u$s 4.500 millones, a pesar de las compras de divisas que pudo hacer la autoridad monetaria en las últimas semanas, que rondan los U$S 1.500 millones.

La acumulación de reservas es la única condición que el gobierno no pudo cumplir del acuerdo con el FMI que concluirá a fin de año. A su vez, la suba en la cotización de la divisa en Brasil plantea un desafío adicional por la pérdida de competitividad de los productos argentinos que se exportan al gigante del Mercosur.

Caputo está convencido de que una de las claves para resistir estos desafíos está en dinamizar el crédito al sector privado, por eso, flexibilizará las condiciones para que los bancos puedan entregar préstamos en dólares en el país.

Para Federico Furiase, un asesor clave de Caputo, para que siga siendo consistente la baja de la inflación con crecimiento de la economía, necesita que haya más circulación de dólares, y que la economía se vaya remonetizando en esa divisa.

Con todos estos elementos, Caputo mantuvo en la semana una reunión a puerta cerrada con los principales agentes del mercado en el cual ratificó el compromiso fiscal del Gobierno como uno de los factores de la estabilización. Y dio un dato clave: dijo que la Argentina se mantendrá como un país caro en dólares, en un nuevo esquema que tendrá ganadores y perdedores, y apuntó contra rubros como el textil por su nivel de precios en el mercado local.

Para el equipo económico, una de las claves del proceso es que la inflación está viajando al ritmo del crawling peg. Furiase lo explica así: “A precios de octubre de 2024, con un dólar oficial a $980 y un financiero a $1100, ese valor es muy parecido al que tuvimos en los primeros meses de 2016, después de la devaluación y la salida del cepo, y con fundamentos mejores: tenemos superávit fiscal y comercial, un BCRA que compra dólares y un Tesoro que acumula reservas en pesos”. Así, ante el freno de la inflación y una fuerte baja del riesgo país, el Gobierno avanza hacia su objetivo de liberar la economía, aunque sin fecha definida.

* El blend, pieza clave

Otro dato clave para el mercado es que el Gobierno planea mantener el esquema del dólar blend, que permite a los exportadores liquidar un 20% de sus ventas en el mercado financiero. Caputo lo ve como un estabilizador automático que también permite aumentar las reservas.