El conflicto latente en la negociación paritaria de Camioneros es un fiel reflejo del empeño del Gobierno por intentar encorsetar las paritarias desde el primer mes de 2025 en una pauta salarial del 1% mensual, en línea con la expectativa del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre cómo evolucionará la inflación en el arranque del nuevo año. Ese esfuerzo marca una clara diferencia respecto a la estrategia que la administración de Javier Milei impulsó en 2024 y que, tras el impacto de la devaluación de diciembre pasado, decantó en un escenario de paritarias caracterizado por una profunda disparidad en el nivel de incrementos salariales, en el que algunos gremios lograron recomponer sus ingresos, otros empataron la suba de precios y un lote importante de actividades terminó perdiendo frente a la inflación.
En ese análisis acerca de la marcada heterogeneidad de las subas salariales coinciden las conclusiones de dos informes privados que relevaron la evolución paritaria durante la gestión Milei. El más reciente, al que accedió en exclusiva Clarín, fue realizado por el Instituto de Estudios y Formación de la CTA y sistematizó los aumentos acordados en más de 20 convenios colectivos hasta noviembre último. El otro informe, de la fundación Fundar, relevó 16 paritarias del sector privado hasta el mes de septiembre.
Según el relevamiento de la CTA, el año que culmina constituye el de mayor disparidad sectorial dentro de las paritarias del sector privado registrado. “Tanto en su frecuencia como en su magnitud, la inexistencia de una pauta o de patrones relativamente homogéneos fue la regla durante todo 2024”, señala el investigador Luis Campos, responsable del informe. En esa línea, subraya que mientras algunos sectores tuvieron incrementos importantes en términos reales en sus salarios de convenio, otros se mantuvieron en línea con la inflación y algunos experimentaron caídas relativamente importantes, aunque en proporción menor al retroceso salarial registrado en el sector público. En el mismo sentido, el trabajo de Fundar sostuvo que “los desempeños menos favorables se explican por el retraso en la firma de los acuerdos y por incrementos intermitentes que no alcanzaron la inflación pasada. Los más favorables se debieron, en cambio, a un acortamiento de acuerdos y la inclusión de aumentos mensuales”.
Justamente acerca de los sectores que perdieron frente a la suba de precios, un elemento central es que esa dinámica involucró a muchas de las actividades más importantes por la cantidad de trabajadores comprendidos. Fueron los casos de las paritarias de los trabajadores judiciales, el personal de casas particulares, empleados textiles, de comercio y de la construcción que entre noviembre 2023 y el mismo mes de 2024 registraron caídas de entre el 23,7% y el 5,3% frente a una inflación acumulada en el período de 166%, apunta el relevamiento de la CTA.
A su vez, un grupo importante de paritarias, como los casos de Camioneros, el gremio de Hugo Moyano en pleno conflicto con el Gobierno por un nuevo aumento, los mecánicos de Smata, trabajadores de la UOM, la industria del cuero y de Sanidad (convenio con clínicas y sanatorios) convinieron incrementos que acumulados en el año se ubicaron en línea con la evolución del IPC. En cambio, un conjunto de sectores, que van desde aceiteros, bancarios, trabajadores de UTEDYC, estacioneros, químicos, gráficos, carga y descarga y maestranza, entre otros, obtuvieron recomposiciones reales que se ubicaron entre el 16,6% y el 6,1%.
El sector público, el más golpeado
Por otra parte, el informe subrayó que dentro del sector público no hubo diferencias significativas, y distintas jurisdicciones y ámbitos estatales tuvieron resultados similares: la caída del salario real fue la regla en todos los casos, situación que profundizó un retroceso que venían experimentando en los años previos.
Una muestra de ello es que mientras la paritaria estatal nacional, que negoció la administración Milei con los gremios de UPCN y ATE, registró una pérdida salarial anualizada de 19,7%, el convenio que involucra a los estatales bonaerenses, que discutió el gobierno de Axel Kicillof, acumuló un retroceso salarial real de 15,3%.
Con todo, el salario mínimo, vital y móvil fue el que mayor deterioro evidenció hasta noviembre de 2024 con una pérdida real de 30,1%. Allí el denominador común fue la falta de acuerdo entre las representaciones empresarias y sindicales que determinó la imposición de aumentos unilaterales por parte del Ejecutivo. La última deliberación del Consejo de Salario del jueves pasado culminó con el mismo escenario y nuevamente el Gobierno fijará la suba que debe regir desde el último mes del año.
Los salarios tras la devaluación
En el análisis de la evolución salarial del período, ambos informes coincidieron en subrayar que el arranque de la gestión libertaria marcó una dinámica común para todos los trabajadores, caracterizada por una fuerte caída del salario real por efecto de la devaluación de diciembre y el salto inflacionario posterior. Así, entre diciembre y enero el retroceso en el sector privado registrado fue de 12% mientras en el sector público trepó al 22%.
Desde ese momento la evolución salarial en el sector privado fue acompañando a la inflación aunque en niveles más bajos, situación que comenzó a modificarse bien entrado el segundo trimestre del año, cuando diversas actividades recuperaron posiciones hasta equiparar en septiembre el escenario previo a la devaluación. En el sector privado el salario promedio en septiembre era un 1,5% más bajo que en noviembre de 2023.
En cambio la recuperación en el sector público fue mucho más lenta y leve al punto que en septiembre el salario se mantenía todavía un 16,1% por debajo del de noviembre del año pasado, situación que no se modificó en el último trimestre del año.
Fuente: Clarín