Las exportaciones de vino argentino cerraron el primer bimestre de 2025 con una caída del 3,9% en volumen respecto al mismo período del año anterior, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Si bien en febrero hubo un leve repunte del 3,1%, la baja del 10,3% registrada en enero marcó el saldo negativo del período.

De acuerdo con el informe del INV, entre enero y febrero se exportaron 26,5 millones de litros de vino, es decir, 1,1 millones de litros menos que en 2024. Del total, el 74,5% correspondió a vinos fraccionados, que bajaron un 1,5%, mientras que el 25,5% restante fue de vinos a granel, con una caída más pronunciada del 10,4%.

El análisis por tipo de vino muestra diferencias significativas. Los vinos genéricos, que representan el 11,6% de las exportaciones, crecieron un 54,4%, mientras que los varietales, que dominan el mercado externo con el 86,3%, registraron una caída del 8,9%. Por su parte, los espumosos, que habían tenido un mal desempeño en 2024, mostraron un repunte del 14,8% en los primeros meses del año.

En cuanto a los envases, el tetra brik tuvo un sorprendente crecimiento del 394,4%, aunque su participación sigue siendo baja (4,5%). La botella, que representa el 95,4% de las exportaciones, cayó un 5%.

Pese a la baja en volumen, el precio promedio del vino exportado subió un 1,4%, ubicándose en 3,37 dólares por litro. El vino fraccionado se mantuvo estable en 4,19 dólares por litro, mientras que el granel cayó un 4,6%, con un valor de 0,98 dólares por litro.

Por otro lado, el mosto concentrado tuvo un desempeño positivo, con exportaciones que crecieron un 12,6% en volumen y un 8,3% en ingresos. No obstante, el precio promedio cayó un 3,9%, situándose en 1.569 dólares por tonelada.

Si bien la recuperación de febrero genera expectativas en el sector, el desempeño general de las exportaciones vitivinícolas sigue en terreno negativo. La atención ahora está puesta en la evolución de la demanda internacional y en la competitividad del vino argentino en el mercado externo.