Aunque la CGT consideró que se trató de un paro con una adhesión “brutal” de los trabajadores y que, por eso, el Gobierno debe tomar nota, y hasta se animó a dejar flotando el llamado a otra huelga porque el plan de ajuste del presidente Javier Milei “los está llevando al extremo”, la medida de fuerza de ayer mostró dos caras: tuvo un fuerte impacto desde lo gremial ya que fue el segundo paro de la CGT en apenas 5 meses de gestión de Milei, lo que envalentona al sindicalismo. Pero también fue una medida de fuerza muy resistida en las calles por la gente común, ya que tanto en el Área Metropolitana, como en el Gran Buenos Aires y en las principales ciudades del país, incluida San Juan, la actividad comercial fue casi normal. Trabajadores de todas las edades, a pie, en bici, en auto o remises de aplicación, se las ingeniaron para ir a trabajar en una jornada de protesta que mostró su mayor impacto en el transporte público de pasajeros. Sólo 42 líneas de colectivos que circularon en el AMBA aplacaron la demanda de millones de pasajeros que se desplazan por día en micros, trenes y subtes.

En este contexto, miles de argentinos desafiaron la convocatoria de los mismos sindicalistas que llevan 40 años al frente de los gremios de mayor peso y que no le hicieron ni un solo paro al gobierno peronista de Alberto Fernández pese a la inflación galopante y el deterioro de los salarios que convirtió a una mayoría de trabajadores en los nuevos pobres de la Argentina.

Supermercados, farmacias, almacenes, cafeterías y tiendas de indumentaria, entre tantos otros locales, levantaron ayer las persianas para recibir a los clientes, con la esperanza de que las ventas no sigan en picada. Así, desde las grandes cadenas hasta los pequeños comerciantes, le dieron forma a un escenario que dista por mucho de lo que tradicionalmente podría esperarse durante un paro general de la Confederación General de los Trabajadores (CGT).

“Acá, trabajamos con normalidad. Hay mucha menos gente de lo habitual, en la calle y en el local, pero hay muchísimos más pedidos de delivery. Yo vine con auto, porque vivo a pocas cuadras, y mis compañeras con remís que pagó la empresa”, afirmó la encargada de un local de una cadena de cafeterías ubicado en Av. Triunvirato, a pocas cuadras de Av. De Los Incas, en el barrio Parque Chas.

Testimonios como estos se repitieron durante toda la jornada, acompañada por una frase que se repetía como calcada: “Hay que trabajar, al país se lo saca adelante trabajando”.

Esa misma radiografía se vio en Córdoba, en Mendoza, Tucumán, Mar del Plata, Bariloche y a lo largo y ancho del país. Pero esta cara del paro no la vieron los popes de la CGT que cerca de las 16 analizaron la medida de fuerza y concluyeron que tuvieron una convocatoria “contundente, brutal” por parte de los trabajadores.

En la histórica sede de la calle Azopardo al 800, el secretario general Héctor Daer subrayó: “Nosotros tomamos nota del acompañamiento. El Gobierno debe tomar nota y reconfigurar su política de ajuste, que nos está llevando a extremos”. Además, describió la acción como un “llamado de atención a las autoridades”, al hacer referencia al amplio respaldo que el paro general recibió de distintos sectores de la sociedad.

“Lejos de ser sustentable, se está llevando a extremos a sectores de la ciudadanía que difícilmente se puedan recuperar si esto sigue”, enfatizó Daer.

En la conferencia, el referente de Camioneros y secretario adjunto de la CGT, Pablo Moyano, minimizó las críticas del Gobierno al paro y afirmó que podría haber “mayor conflictividad” si el oficialismo no cambia sus políticas. Por su parte, Andrés Rodríguez y expresó: “Si no hay cambios, seguiremos con las medidas de fuerza”.

Los dirigentes sindicales subrayaron que el alto acatamiento al paro reflejó el descontento generalizado con la situación económica actual y subrayaron la necesidad de que el gobierno reevalúe su estrategia.

> Sin bancos, ni clases y cero transporte 

La adhesión a la medida convocada por la CGT por parte del comercio minorista de la Ciudad de Buenos Aires alcanzó apenas el 17 por ciento, según un relevamiento de la Federación de Comercio e Industria (FECOBA), mientras que la Cámara de Comercio (CAC) dijo que entre el 70% y el 80% mantuvo su actividad a nivel país.

Donde más adhesión tuvo la medida de fuerza fue en el ámbito estatal, con oficinas cerradas, los bancos y las clases ya que adhirieron al paro los docentes de CTERA, aunque hubo maestras que dictaron clases virtuales. Pero el rubro de mayor impacto, sin dudas fue el transporte que arrastró a otra actividades. Para muchos analistas, el de ayer fue “un paro de transporte”, más que un paro general.