La crisis de empleo en el sector industrial de Tierra del Fuego (cayó un 33,2%) es peor que en tiempos de la cuarentena provocada por la pandemia de covid-19. Y hay un éxodo imparable de profesionales médicos. Pero a este oscuro panorama ahora se suman los trabajadores de la construcción, otro de los sectores más golpeados por la recesión y el freno de la obra pública.

“La mayoría de los trabajadores de la construcción se quieren ir de la provincia porque no hay trabajo”, así lo aseguró Julio Ramírez, Secretario General de la Unión Obrera de la Construcción en Tierra del Fuego. Quien agregó que los trabajadores “ya no pueden solventar el gasto ni para comer”.

Ramírez dirigió sus dardos principalmente al presidente Javier Milei: “La situación de los obreros de la construcción es crítica, desde que asumió el nuevo Gobierno nacional comenzó la veda invernal para nosotros, siempre empezaba en mayo, ahora empezó en diciembre desde que asumió el nuevo presidente que paró toda la obra pública y dejó a toda la gente en la calle”, sentenció.

El dirigente gremial sostuvo que la situación es tan crítica para muchos que ya comenzó el éxodo de trabajadores: “La gente se empezó a desesperar este último tiempo y se empezó a ir, muchos de los que vinieron de afuera se fueron yendo porque no hay nada para hacer”. “No es lo mismo vivir en el norte que acá en el sur”, razonó con respecto a las inclemencias climáticas y bajas temperaturas características de la Patagonia.

“Hemos pasado momentos malos, momentos en los que nos quedamos sin trabajo en época invernal, pero nunca pasamos tanta miseria como en esta temporada. Desde que asumió este Gobierno el obrero de la construcción quedó desamparado, no hay nada para hacer. Estamos todos desocupados”, manifestó.

Ramírez contó qué opciones paliativas tienen los trabajadores, a falta de obra pública nacional. “Estamos hablando con la provincia porque necesitamos una ayuda para los compañeros, un subsidio para pasar el invierno, el Gobierno provincial va a aportar 40 mil pesos por mes para cada trabajador registrado”, indicó.

Un sector golpeado

En el primer cuatrimestre del año, ya se perdieron 52.400 puestos de trabajo registrados en la construcción. En noviembre el sector ocupaba 444.000 obreros formales, mientras que en abril se redujeron a 391.640.