Que la armonía entre el Presidente y su vice se rompió en la alborada del Gobierno libertario era un secreto a voces. Pero después de un par de meses de aparente calma, Javier Milei arremetió con furia contra Victoria Villarruel y la vinculó con la casta y la excluyó definitivamente del armado electoral de cara al 2025.
El Presidente se refirió a la tensión interna con la vicepresidenta y aseguró que ‘no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones’. ‘En su visión, en muchas de las cosas que nosotros hacemos está más cerca del círculo rojo, de lo que ella llama la alta política, y lo que nosotros llamamos la casta”, aseguró.
En declaraciones televisivas, el mandatario resumió en una frase el vínculo que lo une con Villarruel: ‘Tenemos la relación que se necesita institucionalmente para cumplir con nuestros roles’.
Tanto en el Ejecutivo como en el Senado reconocen hace tiempo que la relación es nula y se sostiene en el contrato político. En ese línea en Casa Rosada descartan un pedido de renuncia aunque reconocen que no forma parte de las negociaciones por las listas de cara a 2025. ‘Su rol es tocar la campanita’, es la respuesta que siempre, entre risas, se escucha en los despachos oficiales cuando se consulta por el tema. Ella lo sabe. Por eso, explican en su entorno, desde hace meses se aboca a su agenda propia basada en recorridas por el interior, encuentros con gobernadores y productores. No obstante, por ahora no le responderá a Milei. ‘Vamos a hablar del tema en el futuro, pero nada ahora’, explicaron allegados a Villarruel.
Sí se encargaron de desmentir a Milei, quien dijo que ella ‘decidió no participar’ más de las reuniones de Gabinete. ‘Ella no decide no participar del Gobierno’, acusan.
En el Ejecutivo consideran que Villarruel ‘no tracciona tantos votos como ella cree’ y por eso molestó que pidiera lugares en el Gabinete. En el entorno de Villarruel aseguran que hubo cargos prometidos antes de las elecciones y que el acuerdo no se respetó. Puntualmente, se mencionan las carteras de Defensa y Seguridad, que fueron cedidas al PRO tras el acuerdo para el balotaje.