Acompañado de casi todo su Gabinete de ministros y del brazo de Victoria Villarruel, para despejar los rumores de una nueva interna en el Ejecutivo tras la ausencia de la vicepresidenta en la firma del Pacto de Mayo, en Tucumán, pocas horas antes por “un cuadro gripal”. Así, el presidente Javier Milei coronó su agenda del Día de la Independencia a puro fervor popular al participar de la vuelta del desfile militar a las calles porteñas después de 5 años de ausencia ya que el último se hizo durante la presidencia de Mauricio Macri.
A pesar del frío, miles de mujeres, hombres y niños de la Ciudad y provincia de Buenos Aires y miles de turistas de casi todo el país -que ya están en vacaciones de invierno- se acercaron a presenciar a más de 7.000 efectivos que marcharon 4,5 km por plena Avenida Libertador. El desfile inició con el despliegue de las Fuerzas Aéreas, donde se sucedieron más de 62 aeronaves por el cielo de la ciudad. Luego, delegaciones de excombatientes de Malvinas cumplieron su sueño y desfilaron ante la mirada atenta de Milei y el cerrado aplauso de la multitud.
Un grupo de soldados interrumpieron su camino para acercarle algunos regalos al mandatario y a la vice. Tras saludar, los excombatientes entregaron banderas, que fueron desplegadas sobre la baranda del corralito presidencial, gorros y una carta.
Con el paso de los minutos, el frío comenzó a hacerse sentir entre los funcionarios. Inmediatamente, llegaron tazas de café y té y churros para todos los invitados. Milei y Jorge Macri aprovecharon para brindar ante las cámaras que capturaron el gesto de acercamiento luego de los reclamos de la Ciudad por la deuda de la coparticipación.
Sobre el final de la actividad, el mandatario fue fuertemente ovacionado cuando descendió del palco en compañía de su Vicepresidenta, subió a un tanque TAM2C -recientemente modernizado- amarillo y se retrató en control mientras los presenten coreaban su nombre. Al grito de su habitual arenga “Viva la libertad, carajo”, dedicó varios minutos a saludar a los presentes.
> Duro mensaje de la Iglesia a la política
El arzobispo porteño, monseñor Jorge García Cuerva, volvió a dar ayer un fuerte mensaje político durante la celebración del Tedeum por el 9 de Julio y ante la presencia del presidente Javier Milei, advirtió, entre otras cosas, que “a muchos les falta el termómetro social de saber lo que viven los argentinos de a pie” y reclamó unidad para sacar a la Argentina adelante.
“Señor Jesús, muchos argentinos están haciendo un esfuerzo enorme, un esfuerzo que conmueve, un esfuerzo esperanzador. No permitas que lo cascoteemos con intereses mezquinos, con la voracidad del poder, con conductas reprochables que sólo demuestran que a muchos les falta el termómetro social de saber lo que viven los argentinos de a pie”, dijo. Además, afirmó que “demasiadas cosas ya hicimos mal en el pasado del que nadie se hace cargo, aunque el resultado es que en Argentina seis de cada diez chicos son pobres; niños con hambre revolviendo basura”.