Una inédita explosión masiva y simultánea de pagers -equipos buscapersonas también conocidos como beepers- ocurrida ayer en Siria y el Líbano, que tuvo como blanco miembros del grupo terrorista chiita libanés Hezbollah, dejó un saldo de al menos 11 muertos y casi 4.000 heridos, de los cuales 200 están graves. Y todas las miradas apuntan a que fue obra del Mossad, los servicios secretos de Israel.

Con el respaldo de Irán, Hezbollah culpó a Israel por las explosiones y prometió que esa operación tendría un ‘justo castigo’. ‘El enemigo israelí es plenamente responsable de esta agresión criminal’, afirmó la poderosa organización en un comunicado.

Los incidentes, atribuidos a Israel, se concentraron en el sur del país y en los suburbios meridionales de Beirut, ambos bastiones de Hizbullah. Hubo ingresos masivos de heridos en los hospitales tras las explosiones masivas. También los hijos de un alto funcionario de seguridad de Hezbollah resultaron heridos. En Siria, catorce miembros de Hezbolá también resultaron heridos por la misma razón, indicó la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Los beepers, aparatos de mensajería que no requieren tarjeta SIM ni conexión a internet, explotaron casi simultáneamente en las regiones con fuerte presencia de Hezbollah. Según el ministro de Salud libanés, Firass Abiad, la mayoría de las víctimas presentan heridas “en el rostro, en la mano, en el vientre e incluso en los ojos”. Las baterías de los buscapersonas se calentaron, por lo que algunas personas “sintieron (la subida de) la temperatura del dispositivo y lo tiraron” antes de que explotara.

Expertos internacionales consideran que el Mossad, servicio de inteligencia exterior israelí, “se infiltró en la cadena de suministro” de los dispositivos. La explosión simultánea parece resultado de una infiltración en la cadena logística del grupo terrorista proiraní y constituiría un nuevo éxito de los servicios secretos israelíes.

Según dijo a AFP una fuente próxima a Hezbollah, “los beepers que explotaron conciernen a una carga importada recientemente por Hezbollah de mil aparatos”, que parecen haber sido “pirateados en origen”.

“Seguramente se ocultó un pequeño explosivo de tipo plástico al lado de la batería de los localizadores, para que fuera activado a distancia a través del envío de un mensaje”, consideró Charles Lister, experto en el Middle East Institute (MEI).

Los agentes quizás se “infiltraron en el proceso de producción y añadieron en los localizadores un componente explosivo y un detonador capaz de ser activado a distancia, sin despertar sospechas”, apuntó el analista militar Elijah Magnier, radicado en Bruselas, quien aludió a “un fallo de seguridad importante en los protocolos de Hezbollah”.

El líder de Hezbollah, Hasán Nasrala, ya había advertido a los miembros del grupo que no llevaran teléfonos celulares, diciendo que podrían ser utilizados por Israel para rastrear sus movimientos y llevar a cabo ataques selectivos.