En una causa judicial que captó la atención internacional, la Justicia de Mendoza liberó este lunes a los rugbiers franceses Hugo Auradou y Oscar Jegou, quienes estaban detenidos con prisión domiciliaria bajo sospecha de abuso sexual. La decisión está basada en cinco dudas que surgieron durante la investigación sobre el relato de la denunciante.
La fiscal Daniela Ghaler, jefa de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual, que lleva adelante el expediente junto a Darío Nora, explicó en un dictamen de 11 carillas que “la prueba existente no justifica hoy el pedido de la medida de coerción más gravosa en contra de los encartados”, que es la prisión preventiva.
“La primera versión arrimada por la denunciante se ha visto debilitada con diversos elementos probatorios que han sido agregados a la causa, y que han puesto de manifiesto una serie de contradicciones en cuanto a mecánica del hecho y a la existencia de consentimiento, que resultan de relevancia y que no pueden ser ignoradas”, señaló.
Si bien el caso se va a seguir investigando, tanto Ghaler como Nora sostienen que en las pruebas obtenidas hasta el momento “no hay méritos para una prisión preventiva”.
Jegou y Auradou seguirán imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos o más personas. Sin embargo, faltan todavía los estudios psicológicos y psiquiátricos, así como otras medidas que fueron solicitadas por el Ministerio Público Fiscal. En caso de que no se encuentren más pruebas concretas, los acusados podrían ser sobreseídos.
Las dudas sobre las lesiones físicas
Según el dictamen al que accedió TN, la denunciante describió haber sido “golpeada, estrangulada y mordida” por los imputados. Sin embargo, la evaluación médica forense presentó resultados que no coincidían con la gravedad de las agresiones descritas.
Por ejemplo, se constató una “equimosis en el ojo izquierdo”, pero la médica forense concluyó que “no correspondía a un golpe de puño”, sino más bien a un roce o presión menor. Además, las supuestas mordeduras no dejaron marcas visibles, y las “lesiones submentonianas” (bajo el mentón) “no eran compatibles con un estrangulamiento fuerte“ como el que ella describió.
Múltiples contradicciones
A lo largo de la investigación, la denunciante brindó “versiones contradictorias” de los hechos. Un ejemplo significativo es la variación en su descripción sobre cómo fue orinada por uno de los acusados: inicialmente, lo describió como un acto sexual intencionado, pero en un testimonio posterior lo cambió, e indicó que ocurrió “accidentalmente” mientras el acusado dormía.
“En su declaración testimonial lo representó como un acto voluntario y vejatorio a su persona por parte de Auradou, al señalar que la orinó encima burlándose de ella y que lo hizo para humillarla”, pero en su primera declaración sostuvo que “el sujeto se orinó en la cama y ella se dio cuenta por sentir su espalda mojada. Luego él se durmió, ella se movió y el sujeto se despertó y volvió a penetrarla”.
Otra de las contradicciones que advirtió la fiscalía fue cuando relató que vio los moretones que tenía en el cuerpo recién cuando llegó a su casa, pero en su primera declaración contó que “fue al baño del hotel y se dio cuenta de que la habían estrangulado, que tenía todo marcado y que le habían dado una trompada”.
A su vez, cuando denunció por primera vez dijo que el rugbier la había “inducido a tomar tragos” en el boliche Beerlín al que asistió la noche de los supuestos abusos, mientras que en su testimonio posterior narró que estuvo tomando bebidas alcohólicas en la casa de su amiga durante la previa, y que también lo hicieron en el taxi que las llevó al bar.
Participación de un tercero: Jegou
Un aspecto relevante del caso es la mención de la participación de Oscar Jegou en los hechos que ocurrieron en la habitación del hotel Diplomatic el 7 de julio. La mujer se había ido del boliche junto a Hugo Auradaou, y dijo que su compañero llegó minutos después, que tocó la puerta y que cuando entró abusó sexualmente de ella.
“Según su primera denuncia, él golpea la puerta, ingresa y al verla desnuda se empieza a desvestir, afirmando que cuando este golpeó la puerta ella sintió temor. En su segunda declaración, dijo que cuando el segundo sujeto golpeó la puerta ella pensó que alguien había acudido a auxiliarla dado que ella había pedido ayuda (pedidos de auxilio que no fueron referidos al momento de radicar la denuncia), lo que no debía, en todo caso si era alguien que iba a ayudarla, es generarle temor”, detalla el dictamen.
Los audios que le envió a su amiga con tono “jocoso”
Entre las pruebas presentadas en el caso se incluyeron audios que registraron conversaciones entre la denunciante y una de sus amigas. Estos mensajes revelaron que, según la fiscalía, la denunciante “no expresó claramente” que había sido víctima de una agresión sexual y lo tomó con un tono “jocoso”.
“Tremendo el pendejito. Un chabón re enamoradizo, tremendo el morocho, hermoso, unos ojos…”, se la escucha decir en uno de los mensajes que fue incorporado al expediente. En otro de los audios, la mujer le agradece a su amiga por haberle cuidado a su hija para poder salir a bailar.
“No existe correlación entre los hechos que fueron denunciados con la conversación que tuvo con su amiga. No resulta entendible que si sufrió un ataque de la envergadura que mencionó, comience su conversación agradeciéndole a la amiga que por hacerle ‘el aguante’. Tampoco es compatible con descripciones de si el sujeto era enamoradizo, lindo, si tenía lindos ojos, mencionar el tamaño de su pene con admiración”, advirtieron en el dictamen.
Del intercambio de mensajes surge también que la denunciante “no percibió la situación como un abuso sexual hasta que su amiga le refirió que debía cuidarse” porque “la situación podría haber pasado a mayores” y le sugirió que hablara con su abogada Natacha Romano, quien hoy la representa como querellante. “Ahora estoy yendo con Nacha (Romano) al Cuerpo Médico Forense para que me vean los golpes. No me saqué ni la ropa interior. Fue abuso, pero porque se involucró otro jugador más… estaba buenísimo, yo me cago de risa y todo, pero ahora que estoy así, no da…”, dice en el audio.
La salida del hotel y la sonrisa de la denunciante
Por último, se mencionó las cámaras de seguridad del hotel registraron la salida de la denunciante del lugar. Según la fiscalía, “las imágenes no correspondían con su descripción del estado emocional en el que se encontraba” tras los supuestos abusos.
En la denuncia, la mujer sostuvo que ella estaba “profundamente afectada”, pero en los videos se la ve caminando sola y “sin aparentes signos de alteración”, describen. Esta discrepancia entre su relato y las imágenes disponibles fue otro factor que la Justicia consideró para cuestionar la consistencia de su testimonio.
“Ella mencionó que salió en un estado de shock por lo vivenciado; sin embargo, en las videofilmaciones se la ve egresar de la habitación a las 08:26:07 sonriendo, mirando a la cámara de seguridad, corrigiendo su peinado. Desde lo gestual, observable en las cámaras, no se la percibe como una persona shockeada o traumada que se está ‘escapando’ de la habitación”, recalcaron en el documento.