Los textos de la Ley Bases y el Paquete Fiscal sufrieron cambios hasta último momento como parte de la estrategia oficialista para garantizar su aprobación en el Senado. A pesar de que la sesión estuvo marcada por un clima de tensión a raíz los enfrentamientos en las inmediaciones del Congreso, en la Cámara de Diputados siguieron con atención cada modificación y por estas horas en las filas oficialistas se muestran optimistas: consideran que los cambios contribuirán a que el trámite de segunda revisión sea bastante ágil, ya que quedaron fuera del debate puntos que aún generaban rispideces, como las privatizaciones, la moratoria previsional y algunos artículos del Régimen de Incentivo a las grandes inversiones.

Al inicio del debate en la Cámara alta, senador oficialista Bartolomé Abdala, que actuó como miembro informante, dejó en claro que los libertarios estarían dispuestos a quitar Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina (RTA) -que controla la TV Pública y Radio Nacional y sus 40 repetidoras en el país- de la lista del artículo 7, que enumera las empresas “sujetas a privatización”.

La privatización de esas empresas era uno de los puntos que generaban mayor rechazo dentro de algunos sectores denominados “dialoguistas” (UCR, Hacemos, Innovación Federal y Coalición Cívica), y el oficialismo corría el riesgo de que todo el capítulo fuera rechazado durante el debate en particular.

Al inicio del debate en la Cámara alta, senador oficialista Bartolomé Abdala, que actuó como miembro informante, dejó en claro que los libertarios estarían dispuestos a quitar Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina (RTA) -que controla la TV Pública y Radio Nacional y sus 40 repetidoras en el país- de la lista del artículo 7, que enumera las empresas “sujetas a privatización”.

La privatización de esas empresas era uno de los puntos que generaban mayor rechazo dentro de algunos sectores denominados “dialoguistas” (UCR, Hacemos, Innovación Federal y Coalición Cívica), y el oficialismo corría el riesgo de que todo el capítulo fuera rechazado durante el debate en particular.

Sin embargo, esas no fueron las únicas concesiones importantes que hizo la Casa Rosada. Poco tiempo después, el oficialismo también anunció la posibilidad de dejar afuera la derogación de la moratoria previsional y la creación la Prestación de Retiro Proporcional para aquellas personas que cumplieron 65 y que no completaron los 30 años de aportes necesarios para jubilarse.

La Prestación de Retiro Proporcional había sido una de las propuestas novedosas que impulsó la UCR como alternativa para solucionar el déficit crónico de la caja previsional. Por eso, la continuidad de la moratoria no cayó bien entre muchos de los diputados de la bancada que conduce Rodrigo de Loredo.

Por otro lado, poco antes de la votación en general se anunciaron cambios en el régimen de promoción de grandes inversiones (RIGI). En concreto, se limitó a los sectores agroforestal, de infraestructura, minería, energía y tecnología. También se estableció un compromiso de contratar proveedores locales equivalente, como mínimo, al 20% de la totalidad del monto de la inversión.

“No debería haber mayores complicaciones cuando vuelva a Diputados. Lo que necesitamos es que salga la ley para que el Gobierno tenga las herramientas”, insistió un diputado libertario ante la consulta de Infobae.

Una de las principales preocupaciones del Gobierno era la delegación de facultades, que había quedado en duda tras el cambio de postura de los dos diputados de Santa Cruz y la reticencia de algunos de los alfiles del radicalismo. Finalmente, la votación de ese capítulo terminó 36 a 36 y la vicepresidenta Victoria Villarruel fue la encargada de desempatar a favor de los libertarios.

Los diputados del bloque que conduce Gabriel Bornoroni coincidieron en que la mayoría de las modificaciones “son las que el Gobierno ha aceptado” y no generan inconvenientes ya que no desnaturalizan la ley.

En la práctica, los libertarios ahora se preparan en Diputados para una votación “en mosaico” que permitiría la ratificación de la mayoría de los cambios que vienen del Senado y la posibilidad de insistir con la redacción original en algunos puntos.