En la antesala de una propuesta, orientada a que cada proyecto que surja de los legisladores en el Congreso tenga como correlato una fuente de financiamiento cada vez que implique una erogación, Milei dirigió una chicana a los diputados de Unión por la Patria, que estaban sentados a metros, en sus bancas.

“Los invito a volver por un minuto a despejar la X conmigo para entender de qué se trata”, introdujo el presidente, mientras desarrollaba conceptos económicos. Allí disculpó, en tono jocoso, a los opositores: “Ustedes pueden abstenerse porque suman con dificultad”.

Germán Martínez, presidente de bloque en Unión por la Patria, le recriminó que él necesitó llevar su discurso escrito. “Mirá que yo lea o no, vos seguís sumando con dificultad, Martínez”, contestó entre risas el jefe de Estado.

“Igual pueden tomar nota porque ahora empiezo. La primera premisa de la que partimos es que el superávit primario tiene que equivaler o exceder obligatoriamente al monto de los intereses de deuda a pagar. De modo que, si el superávit primario es el resultado de netear los ingresos con los gastos corrientes y de capital, el gasto primario tendrá que ser igual o menor a los ingresos menos el superávit primario”, explicó.

“Es decir, el nivel de gasto a erogar estará condicionado por el nivel de superávit primario a conseguir, que a su vez estará condicionado por el monto de la deuda a pagar”, amplió.

Ante esa situación, los militantes libertarios que ocuparon distintos palcos salieron a respaldarlo con un cántico tradicional: “La casta tiene miedo”, sonó desde las gradas.