A pesar de su posición ideológica que exhibe desde la campaña presidencial, Javier Milei dio un giro en su agenda geopolítica y viajará a China para mantener una reunion bilateral con el líder comunista Xi Jinping.
“Va a viajar, pero aún no esta definido cuándo”, confirmó a Infobae un miembro del gobierno que conoce la agenda del jefe de Estado.
En China marcaron el 4 de julio como fecha tentativa. Ese día llegaría Milei a la potencia comunista.
La gira del Presidente a Beijing se confirmó después de la renovación del tramo del swap chino de 5.000 millones de dólares con libre disponibilidad, que permite fortalecer las reservas del Banco Central y facilitar el comercio exterior de la Argentina.
“Nosotros no hacemos pacto con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China”, dijo Milei el 16 de octubre de 2023, en plena campaña electoral, cuando le preguntaron su opinión sobre el régimen comunista que encabeza Xi.
Pero el Teorema de Baglini -a mayor cercanía con el poder más realpolitik- tiene una lógica interna implacable, y Milei asumió que la actual coyuntura económica permite la convivencia del pragmatismo para gobernar con la firmeza ideológica de Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek y Murray Rothbard.
A mediados de julio, China esperaba cobrar 5.000 millones de dólares del tramo activo del swap que tiene libre disponibilidad y no sólo se usa para el comercio bilateral entre ambas economías. Cancelar esa suma con reservas propias hubiera sido una complicación extra para la hoja de ruta del plan de ajuste.
En este contexto, Milei instruyó a Luis Caputo para que logre el roll over -refinanciación- del tramo del swap chino por 5.000 millones de dólares. El ministro de Economía junto a Pablo Quirno, secretario de Finanzas, y el titular del Banco Central, Santiago Bausili, trabajaron en silencio durante semanas.
Y al final llegaron a un acuerdo.
El entendimiento implica que el Banco Central comience a pagar los compromisos a partir del año que viene y los cancele a mediados de 2026, por lo que se despejó un posible impacto en las reservas en el corto plazo. Tras la cancelación, ese monto de 5.000 millones de dólares quedará desactivado y dejarán de correr intereses por la deuda.
En el ejercicio de poder, Milei aplica su lógica disruptiva. Cuestionó al Papa Francisco durante la campaña electoral, pero después entendió su influencia global y se abrazó con él en la Básilica de San Pedro.
No sólo eso: ahora hay diálogo entre ambos, y la relación personal fluye.
Desde esta lógica disruptiva se puede encuadrar la visita que hará Milei a Beijing para encontrarse con Xi. El presidente no cederá en sus conceptos ideológicos, pero cruzará la Plaza Tiananmen, se topará con el retrato de Mao y llegará al imponente despacho del líder comunista para protagonizar un cónclave bilateral que nadie aguardaba.
Un dato extra potencia la decisión del Presidente de viajar a China, si se tiene en cuenta su alineamiento geopolítico: hasta ahora no llegó a Estados Unidos en visita oficial, un hecho formal y político que sucederá con China, si arriba a Beijing el próximo 4 de julio.
Al margen del gesto hacia Xi, la intención del régimen chino es relanzar la relación bilateral con Argentina y activar todas las obras públicas previstas que quedaron suspendidas desde la asunción de Milei.
China quiere que se construyan las represas hidroeléctricas en el sur, que se levanten las centrales nucleares en la provincia de Buenos Aires y colocar un puerto estratégico en Tierra del Fuego.
“Olvidate. Eso no va a pasar. No sólo no hay plata. Tampoco vamos a cambiar nuestro alineamiento con Estados Unidos e Israel”, contestaron a Infobae cuando se preguntó si la visita de Milei a China significaba revisar toda su agenda geopolítica.
INFOBAE