En medio de rumores de fuerte crisis interna entre dialoguistas y duros, la cúpula de la CGT intentó dejar contentos a los dos sectores en pugna: resolvió no ir en forma orgánica a la Justicia para tratar de impugnar el regreso del Impuesto a las Ganancias, pero fijó una nueva cita para el 25 de julio donde se evaluará cómo sigue el plan de lucha, incluido la realización de un nuevo paro. Y pedirá una audiencia al secretario de Trabajo, Julio Cordero, para plantear sus reclamos, aunque el camionero Pablo Moyano ya avisó que no irá a ese encuentro.
El mitin sindical se concretó después de tres semanas de postergaciones a la espera del desenlace de la Ley Bases. En este sentido, los dirigentes sindicales decidieron que será cada gremio afectado el que se presente ante la Justicia para rechazar la restitución del impuesto a las Ganancias que afectará los salarios de los trabajadores con grandes ingresos.
El moyanismo está asociado al sindicalismo kirchnerista dentro de la CGT y busca profundizar el enfrentamiento con la Casa Rosada, en la misma sintonía que el barrionuevismo. Sin embargo, el sector dialoguista, que es mayoritario e integran “los Gordos” y los independientes, fue el que negoció el recorte de 42 artículos de la reforma laboral en la Ley Bases y busca una instancia de diálogo con el Gobierno para atenuar el ajuste y la reforma del Estado.
En este clima tenso, se convocó para el 25 de este mes al Consejo Directivo para debatir la reanudación del plan de lucha contra el Gobierno, mientras decidió no presentarse ante la Justicia para impugnar el capítulo laboral de la Ley Bases y la restitución del Impuesto a las Ganancias, aunque apoyará y asistirá todos los reclamos que impulse cada sindicato a nivel individual.
Es que un informe de los expertos, concluyó que la CGT como tal no tiene legitimidad para actuar ante la Justicia porque no cubre universalmente el reclamo colectivo.