Una semana negra en materia legislativa y un desafío político impensado. Este es el oscuro escenario que enfrenta el Gobierno después que ayer el Senado le asestara un nuevo garrotazo al convertir en ley una mejora en el cálculo de haber jubilatorio con el cambio de la movilidad y una recomposición o empalme de 8,1% por única vez para cubrir el desfasaje de la inflación de enero.
Pese a los desesperados intentos del oficialismo para atenuar el impacto, el proyecto de ley se aprobó tal como llegó de Diputados. Pero lo más grave para el plan de déficit cero que enarbola como eje principal de su política económica el presidente Javier Milei, es que tanto en general como en particular, se aprobó con los dos tercios de la Cámara Alta igual como ocurrió en la Baja. Este dato abre la puerta a la oposición para insistir con esta ley tal cual fue votada y rechazar el promocionado veto que ayer volvió a prometer Milei.
En caso de que el Presidente apele al veto para voltear la ley, el proyecto regresa al Congreso que, de tener intenciones, puede insistir con la sanción. Para esto, es necesario que ambas cámaras cuentan con dos tercios de los votos para imponer su intencionalidad inicial. De esta forma la ley se promulgaría a pesar de la voluntad del mandatario. Es impensado que los legisladores cambien su voto pero el Gobierno tiene margen de maniobra para intentar negociar algo intermedio o un acuerdo para dejar par más adelante esta mejora para la clase pasiva tan castigada por los últimos gobiernos.
De no conseguirse el número en alguna de las dos cámaras, el veto se mantiene y el proyecto no puede volver a tratarse en las sesiones de ese año.
Con los votos del bloque de Unión por la Patria, más el apoyo del radicalismo, de los federales y provinciales, y hasta del PRO, el hasta ahora principal aliado legislativo de Milei, la propuesta que establece una actualización mensual en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue aprobada por 61 votos a favor y 8 en contra, que pertenecieron a los 7 de La Libertad Avanza y la cordobesa del PRO Carmen Alvarez Rivero. Además del aumento de 8,1 y el cambio en la fórmula de actualización, la iniciativa contempla que, en marzo de cada año, se aplicará un aumento del 50 por ciento de la variación de la de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) por sobre la variación del Índice de Precios (IPC) del año anterior.
A su vez, dispone que la Anses ‘garantizará, para el caso de las personas que perciban un solo beneficio, el pago de una prestación con un suplemento dinerario de carácter alimentario, de forma tal que los ingresos totales no sean menores al último valor de la canasta básica total por adulto multiplicado por 1,09’.
También instruye a la institución a que cancele la totalidad de las deudas que mantiene con las provincias cuyos sistemas previsionales ‘no fueron transferidos al Estado nacional, como así también con los beneficiarios que cuenten con sentencia firme, dentro de los 6 meses de la promulgación de esta ley’.
Su aprobación significará un gasto del 0,43%, según especificó un estudio realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Ante este panorama, Milei aseguró que utilizaría, por primera vez, su facultad de veto. El jefe de Estado calificó como ‘degenerados fiscales’ a los diputados cuando le dieron luz verde al proyecto.
El argumento de la oposición para aprobar el proyecto fue : “Si hay 100 mill millones para darle fondos reservados a la SIDE, hay plata”.
> Chau al aumento
En minutos, y por unanimidad, los senadores dieron marcha atrás con el aumento que llevaba su sueldo a más de $ 9 millones por mes. No la derogaron, sino que la dejan sin efecto hasta fin de año. Por ende, sus dietas quedarán congeladas hasta el 31 de diciembre.
> La bronca de Milei
Javier Milei replicó un mensaje contra los senadores que se aprestaban a aprobar la mejora de las jubilaciones. “No son más senadores, ahora son cenadores y nos están comiendo vivos”, fue el posteo de la cuenta de Instagram “Coherencia por favor” que compartió Milei.