El precio de la soja no encuentra piso en el mercado de Chicago y ayer sufrió su novena caída de las últimas 10 jornadas, para perforar los US$ 350 por tonelada, lejos de los casi 600 dólares que valía durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner y los más de 500 dólares durante la gestión de Alberto Fernández.

La mala noticia suma interrogantes a la intención del Banco Central de retomar la acumulación de reservas en agosto ya que a soja y sus derivados es una de las fuentes de ingresos más importantes para el fisco argentino a través de las retenciones a las exportaciones.

Estas mismas complicaciones enfrentó el gobierno de Mauricio Macri donde el precio de la soja también rondaba los 350 dólares y encima en medio de la peor sequía en 30 años.

Las bajas del poroto se vienen reiterando desde mayo pasado y no hay razones de corto plazo para pensar que recuperen el terreno perdido, sobre todo ante la novedad de que habrá cosechas muy fuertes en los EEUU.

El precio de la oleaginosa retrocedió 0,9% hasta los US$ 346,58, su menor valor en 18 años en términos reales. Mientras tanto, el maíz cae 0,3% a u$s147,14, pero el trigo asciende 0,8% a u$s195,75.

La Argentina necesita altos precios de los commodities por la alta dependencia de su economía de la producción agropecuaria.

A menos de un mes para dar comienzo oficial a la campaña comercial de soja sobre suelo norteamericano, el informe mensual de oferta y demanda de parte del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) resultó de alto impacto negativo para las cotizaciones de la oleaginosa.

La campaña global 2024/25 tendría una producción récord, que ahora se estima en 428,7 Mt, y la relación stock/consumo más importante del siglo, reafirmando las apuestas del mercado que descuentan en precios una abundante cantidad de suministros disponibles.