En medio de la pelea de Pablo Moyano con el Gobierno por la Ley Bases, su papá, Hugo Moyano, firmó este jueves como titular de la Federación de Trabajadores Camioneros un acuerdo salarial por el trimestre junio-julio-agosto que está en sintonía con lo que quiere el Ministerio de Economía: serán aumentos del 5%, 4% y 3% para cada uno de esos meses, más una suma remunerativa para el último bimestre.

La señal positiva para la Casa Rosada es que el acuerdo fija incrementos decrecientes, a tono con las previsiones inflacionarias a la baja que manejan en la cartera que dirige Luis Caputo.

El acuerdo fue alcanzado esta mañana por dirigentes sindicales y las cámaras empresariales del sector, durante una audiencia realizada en la Secretaría de Trabajo. Los porcentajes pactados se aplican sobre los sueldos de mayo. Aún no está confirmado el monto de las sumas remunerativas acordadas.

De esta forma, el sindicato de Hugo Moyano avanza con una paritaria que puede servir de caso testigo para otros dirigentes que están negociando sus aumentos salariales y que no pone en riesgo el trazado económico del Gobierno, que alienta incrementos que acompañen la baja inflacionaria.

A mediados de abril, luego de semanas de tensión por la falta de homologación de la paritaria para marzo y abril, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, intervino personalmente para evitar un agravamiento del conflicto con Camioneros y habilitó una reformulación del acuerdo salarial que incluía el 45% para marzo y abril, en dos tramos del 25% y del 20%, y que rechazaba el Gobierno hasta entonces porque superaba la pauta oficial de incrementos a tono con la baja inflacionaria.

Gracias a ese gesto de Cordero, se reacomodaron los porcentajes para exhibir una recomposición más baja (del 25% para marzo y 20% para abril pasó al 15% y 9%, respectivamente), pero se agregaron dos sumas fijas, del 10% y del 7% sobre los sueldos de marzo, que igual dejaron la mejora total en casi un 45%. En la práctica, el nuevo acuerdo tuvo sabor a empate entre el Gobierno y Camioneros. Para el oficialismo, el sindicato de Moyano cedió al reformular el convenio, no fijar ningún aumento en mayo y extender su vigencia hasta junio, mientras que el gremio consiguió que la mejora en el bolsillo de los trabajadores se mantuviera en casi un 45%, tal como lo establecía la paritaria sin homologar.

El secreto de ese acuerdo que evitó la pelea frontal entre Camioneros y el Gobierno es que se pactó un incremento del 15% para marzo y del 9% para abril y revisarlo recién en junio, sin mejora alguna en mayo, y por eso terminó siendo convalidado por la Secretaría de Trabajo.

A partir del compromiso de sentarse a negociar nuevamente en junio, el sindicato de Hugo Moyano y los empresarios del sector tuvieron esta mañana una audiencia en Trabajo en la que sellaron el acuerdo para el período junio-agosto, que no será objetado por las autoridades económicas ya que contempla porcentajes moderados de aumento y, además, decrecientes, una señal que tranquiliza a Caputo.

De todas formas, incluye un “aporte extraordinario” a la obra social de Camioneros, rubro que también figuraba en la paritaria anterior y que fue impugnado por cuatro de las cámaras del interior (Córdoba, Santiago del Estero, Mendoza y San Juan) porque se incorporó “de manera inconsulta” y “termina favoreciendo a las grandes empresas y afecta a todas las pymes del país”. Ese aporte adicional fue de $10.000 por trabajador “para solventar el déficit del sindicato”, lo que representó, en un universo de 200.000 afiliados, unos 2000 millones de pesos por mes para las arcas gremiales. Ahora, el nuevo acuerdo firmado por Camioneros subió ese ítem a $12.000 por trabajador.