El poder adquisitivo sigue cayendo en picada. Entre diciembre y marzo, los sueldos subieron 58% mientras que la inflación en el mismo período fue del 90%. Es decir, el reacomodamiento de los ingresos se ubicó más de treinta puntos con relación al costo de vida.
Los datos surgen del Indec y el RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) que elabora la secretaria de Seguridad Social, que engloba a 10 millones de trabajadores formales del sector público y privado.
En cuatro meses, los salarios tuvieron un alza nominal del 57.9% (8,3% diciembre, 14,7% enero, 11,5% en febrero y 14% marzo ) y la inflación en diciembre-enero-febrero-marzo fue del 90,1%, lo que representa una caída del 16,9%.
En medio de estos datos muy negativos, los salarios formales con aportes a la Seguridad Social tuvieron en marzo una mejora con relación a la inflación. Aumentaron un 14% versus una suba de los precios del 11%.
En 2023 los salarios cerraron con un promedio que pasó de $194.175,11 en diciembre 2022 a $484.298,40 en igual mes de 2023. Representa un incremento del 149,4% versus una inflación del 211,4%. Equivale a una pérdida del poder adquisitivo de 60 puntos.
Así, desde el inicio del 2023 hasta ahora los sueldos perdieron casi la mitad de lo que subió el costo de vida.
Esa caída se produjo con mayor fuerza tras la devaluación de agosto del anterior Gobierno y la disparada de la inflación, que se acentuó en diciembre con la depreciación del actual Gobierno y la fuerte suba de los precios.
En marzo, el salario promedio formal fue de $705.832,58, un valor que se ubicó por debajo del de la canasta familiar de pobreza que, para un matrimonio con 2 hijos menores, valuada por el INDEC en $773.385,10, sin considerar el alquiler.