La jugada oficialista de acelerar el debate en la Cámara de Diputados y cerrar la caliente sesión especial en la que el Gobierno logró blindar el acuerdo con el FMI antes de que arrancara la marcha de los jubilados y que en la protesta no participaran los barra de los clubes de fútbol. Este fue el combo que contribuyó ayer para desactivar la violencia y permitirle al Gobierno aplacar la amenaza de incendio social en las calles en una nueva jornada de protesta frente al Congreso que, en la previa, aparecía como un desafío de alta riesgo.

El éxito del operativo de seguridad le dio un soplo de aire fresco a la ministra del área, Patricia Bullrich, que tras la represión policial de la marcha anterior -que dejó al borde de la muerte al fotógrafo Pablo Grillo- había quedado en la cuerda floja frente a los múltiples pedidos de renuncia.

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Reclamo genuino. Una jubilada se une a la marcha con una bandera argentina amarrada a su bastón. Unas de las tantas historias de adultos mayores que sufren el ajuste y protestan en paz.

Esta vez, la marcha tradicional de los jubilados, que sumó la participación de ATE, las dos CTA, los gremios universitarios y de la CGT, organizaciones sociales, partidos de izquierda, La Cámpora, entre otros, se desarrolló con algunas escaramuzas de enfrentamiento pero lejos de los violenta batalla campal del miércoles anterior donde se registraron múltiples destrozos, detenidos y heridos.

La puesta en escena de un megaoperativo de seguridad que arrancó en trenes y subtes pudo contener y ordenar la protesta, que como otra novedad, aisló en diferentes puntos en los alrededores del Congreso a los manifestantes que fueron quedando agrupados por secciones. Así, se tranquilizaron los ánimos. No hubo necesidad de represión para contener a los violentos ni el Gobierno tuvo que salir a denunciar un intento de “golpe de Estado” como calificaron a la marcha del miércoles anterior bajo la furia incontenible de los barras.

Del operativo de seguridad participaron unos 2.000 efectivos y la otra clave de la marcha fue que ayer hubo una clara menor convocatoria de manifestantes en comparación a la del miércoles anterior. Además de los jubilados, dijeron presentes en la marcha los intendente de Quilmes, Mayra Mendoza, su par de Lanús Julián Álvarez (ambos referentes de La Cámpora) y los jefes comunales de San Vicente, Nicolás Mantegazza y de Luján, Leonardo Boto. También Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero

El epicentro de la marcha en San Juan fue la plaza 25 de Mayo donde los asistentes portaron carteles y banderas, la mayoría con consignas contra Javier Milei bajo la mirada atenta de unos 200 efectivos policiales. Como no hubo fuerte presencia de jubilados, el protagonismo quedó en manos de las organizaciones sociales y políticas. Luego de las palabras de algunos oradores, marcharon de manera pacífica alrededor del espacio verde.

> Lijo y Mancilla, día D

El Senado sesionará el próximo 3 de abril para definir el futuro de los pliegos de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo, según decretó la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel ayer tras el pedido de sesión de la oposición.