El país incorporará la vacuna contra el dengue a un plan de trabajo con las provincias para evitar una epidemia por tercer año consecutivo y con la magnitud que alcanzó la de esta temporada. La decisión la dio a conocer en las últimas horas el Ministerio de Salud de la Nación luego de que la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) llegara a una recomendación a partir de nuevos datos relevados en los últimos meses.
La vacunación será focalizada en las zonas endémicas del país con alta circulación viral, como las provincias del norte del país, y será apenas una herramienta más de un conjunto de medidas que, aunque son conocidas, los más de 400.000 casos y los 301 fallecidos oficializados hasta ahora en la mayor epidemia de los últimos 15 años demuestran que no se pusieron en práctica a pesar de las señales de alarma que se activaron durante el año pasado.
Esas medidas incluyen desde reducir la presencia del mosquito vector con la eliminación de reservorios en los domicilios y el espacio público durante los próximos meses hasta la detección más rápida de nuevos casos para intervenir a tiempo en los domicilios y eliminar el mosquito vector, además del diagnóstico adecuado y la atención oportuna para disminuir formas grave de la enfermedad.
Para eso, en las próximas semanas comenzarán las reuniones por regiones entre funcionarios de los ministerios de Salud de la Nación y las provincias antes del próximo encuentro de todos los ministros del país en el Consejo Federal de Salud (Cofesa).
“Necesitamos la colaboración muy fuerte de los gobiernos locales, tanto provinciales como municipales”, expresó el ministro de Salud, Mario Russo, al anticipar la Estrategia de Gestión Integrada para la Prevención y el Control del Dengue 2024-2025.
La vacunación es apenas un ítem de ese plan, en el que colabora la Organización Panamericana de la Salud (OPS), como en el resto de la región, donde las cifras de casos de dengue y chikungunya –infecciones que comparten el mosquito vector– terminaron por superar todas las proyecciones.
Eva Jané Llopis, representante de la OPS/OMS en la Argentina, destacó la conformación el mes pasado de la red de referentes provinciales y mencionó que, en 60 días, capacitaron más de 7000 profesionales en el país en el manejo clínico del dengue. Este mes, la capacitación apuntará al control del mosquito vector.
“Apoyándonos en la Conain y la OPS, necesitábamos contar con datos fidedignos para llegar a la mejor decisión con evidencia. Se tomó el tiempo necesario para revisar los datos de [la prueba piloto en] Brasil y el norte del país y las comunicaciones de los organismos competentes”, continuó el funcionario.
A partir de las deliberaciones de un grupo de trabajo convocado por la Conain y definiciones del propio Russo ya con la epidemia avanzada, la vacuna se utilizará en las áreas del país con mayor incidencia de casos, según se vaya definiendo con los equipos de Epidemiología de las provincias en las próximas semanas y a medida que los casos sigan descendiendo.
“Al momento actual, según la situación epidemiológica, no es una vacuna para incorporar al Calendario Nacional para todas las jurisdicciones del país. Se plantea como una estrategia focalizada”, consensuó la Conain en las recomendación a las autoridades sanitarias nacionales.
Priorizados
Esa estrategia, según consta en el acta de la última reunión de ese organismo técnico asesor, “tendrá como población objetivo las personas de 15 a 39 años en los departamentos [en las provincias] priorizados según la situación epidemiológica. Se dará inicio por etapas con la población de 15 a 19 años y se avanzará de manera dinámica, progresiva y escalonada, de acuerdo con la disponibilidad de vacunas y las estrategias ya implementadas por las jurisdicciones”.
Eso es porque hay provincias, como Salta o Misiones, entre otras, que vacunaron a población de entre 29 y 40 años en departamentos o municipios con alta circulación viral. También, está disponible la información de la población que se vacunó de manera privada. La ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos con mayor cantidad de personas que optaron por aplicarse el esquema de dos dosis, con un intervalo de tres meses, en la red de vacunatorios privados.
“La persona que se vacunó deberá seguir cuidándose”, recordó Ángela Gentile, presidenta de la Conain y jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Tampoco tendrá que volver a aplicarse la vacuna “porque tiene inmunidad”, explicó.
También se le recomendó al ministerio que la vacunación comience “antes del período de mayor circulación viral” y con tiempo como para completar la aplicación de las dos dosis, además de convocar especialmente a las personas que ya tuvieron dengue (seropositivos) al momento de informar a la población en las provincias a definir. La meta planteada es llegar a noviembre con el 90% del grupo definido con el esquema completo.
Russo anticipó que se comenzará en las provincias del noreste y el noroeste argentino, por edades y según sea la disponibilidad que tenga el laboratorio Takeda, productor de la vacuna Qdenga. La empresa le anticipó a la OPS que tiene limitaciones para satisfacer la demanda que habrá en la región. La Argentina adquirirá las dosis a través del Fondo Rotatorio, un mecanismo con el que los gobiernos acceden a las vacunas de calendario. El valor por dosis con el que se ofreció a los países de las negociaciones de la compra por volumen es de US$ 19, según había trascendido.
“No hay datos actuales disponibles sobre campañas reactivas para frenar brotes epidémicos con la vacuna contra el dengue –concluyó la Conain–. Esta estrategia se debe acompañar de una vigilancia intensificada de la seguridad de la vacuna”, además de recomendar “avanzar con los estudios económicos y de efectividad”.
Con estas definiciones acordaron la Sociedad Argentina de Pediatría, la Sociedad Argentina de Infectología, la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, la Asociación Argentina de Microbiología y la Sociedad Argentina de Vacunología.
Leonardo Busso, secretario de Calidad en Salud, avanzó con los detalles del plan de trabajo que se acordará con las provincias en las próximas semanas, mientras la epidemia “se está desacelerando”. El ministerio retendrá la coordinación de cuatro etapas a lo largo del “año” epidemiológico de dengue, que va de agosto a agosto. Son la preparación, la alerta temprana (empiezan a subir los casos notificados desde las provincias), respuesta al brote y recuperación (la etapa actual de la epidemia 2023-2024), según explicó Busso.
Las provincias y los municipios, como se acordó en el último Cofesa, son los responsables del trabajo territorial en cuanto al control del mosquito vector como en la atención oportuna de los pacientes para evitar formas graves de dengue.
En este caso, según amplió Andrés Scarsi, secretario de Acceso y Equidad en Salud, se aplicará una serie de indicadores con incentivos económicos para evaluar la preparación y la respuesta en un conjunto de prestaciones: prevención (vigilancia entomológica, consejería en domicilio para prevención y control, búsqueda activa de febriles ante un caso sospechoso, visita domiciliaria para eliminar el mosquito vector y capacitación a distancia para el personal de salud), diagnóstico (uso de pruebas de laboratorio según cada etapa de la infección), notificación de casos (sospechosos y confirmados) y seguimiento a través de consultas presenciales o teleconsultas.
“En 2023, hubo zonas de la Argentina en las que el dengue pasó a ser una enfermedad endémica. Ahora, todos en el país tenemos que trabajar porque es lo que tendrá un impacto fundamental en lo que suceda en la próxima temporada de dengue 2024-2025″, sostuvo Russo.