El Gobierno aseguró este lunes que los salarios aumentaron 16,1% en abril frente a una inflación que se situó en el 8,8%, “Esto implica que los sueldos están creciendo aproximadamente al doble de la inflación”, destacó la Casa Rosada. Sin embargo, informes de economistas criticaron las cifras oficiales y advirtieron que la pérdida del poder adquisitivo del sector privado formal supera el 7% y en el público se ubica en torno al 20%.
Un comunicado de la Oficina del Presidente, celebró que “los datos oficiales de abril revelan la recuperación más significativa de los salarios reales privados de los argentinos desde el año 2009″ y aseguró que “esta información se corrobora en los resultados del Panorama Mensual de Trabajo Registrado, elaborado por la Secretaría de Trabajo”.
“Los argentinos comienzan a experimentar una recuperación del poder adquisitivo de sus ingresos, gracias a la desaceleración de la inflación mensual heredada del gobierno anterior, la estabilidad de precios y la eliminación del déficit fiscal, que generaba incertidumbre sobre la solvencia del Estado”, detalló el escrito.
Economistas criticaron las cifras oficiales
Luego de que el Gobierno celebró que los salarios están atravesando la “recuperación más significativa desde 2009″, la CGT compartió un informe de la consultora Equilibra que advirtió que “el Presidente toma un único dato el RIPTE abr-24, el cual no refleja integralmente la dinámica del salario durante su gestión”.
“Cuando se mide la evolución salarial usando el RIPTE hay que tomar en cuenta que este indicador actualiza trimestralmente los topes imponibles para los aportes personales que se incluyen en su cálculo. Vale decir, dada la alta inflación, todos los comienzos de trimestre, el RIPTE refleja una suba ‘excepcional’ por dicho ajuste”, explicó la consultora.
Como contraposición, señaló que en la dinámica real de los salarios, “la información disponible sobre el universo asalariado formal muestra, desde la asunción de Milei, que en el sector público, el poder adquisitivo de los salarios cayó en torno a 20% hasta marzo-24 y, según estimaciones, en abril-mayo no habría crecido mayormente”.
En tanto que “la pérdida de poder adquisitivo del sector privado formal se encontraría entre 7% y 12%” y que “tampoco habrían crecido fuertemente desde marzo-24″.
Para la consultora, “el mejor dato de los disponibles para el sector privado formal es el de OEDE (Observatorio del Ministerio de Trabajo), ya que surge de los registros del SIPA y contempla también a los aumentos salariales no remunerativos (cosa que el RIPTE no hace, por ejemplo)”. En marzo, este indicador se ubicó 9% por debajo de noviembre.
“El otro indicador disponible -salario privado registrado del INDEC (línea roja del gráfico), que surge de encuestas a empresas y no es tan preciso como el de OEDE- también muestra una fuerte caída: 12,1% a marzo de 2024″, detalló.
En cuanto a su estimador de salario formal privado, que incluye 25 convenios colectivos de trabajo, registró en marzo una caída de 5,2%, pero mostró que “para abril y mayo no solo no habría una mejora en el poder adquisitivo, sino incluso una merma adicional, acumulando una caída de casi 7% con respecto a noviembre”. Cuando se suma el universo formal público “la caída acumulada hasta marzo es en torno del 9% y no recupera en abril y mayo”, dijo.
En la misma sintonía, el economista Hernán Letcher, director de CEPA, coincidió en que “el RIPTE utiliza como referencia el tope máximo sujeto a aporte, que se define por resolución de ANSES”, que “varió de acuerdo a la fórmula previsional de marzo (+27,18%) y, luego por el DNU de Milei, volvió a subir en abril (+27,4%), que mensualizó el aumento de las jubilaciones (desde ahora en adelante, tendrá variación todos los meses)” y que eso significa que “una parte de la suba del RIPTE está explicada por los incrementos de los topes en marzo y en abril asociados a la fórmula jubilatoria”.
“Si miramos el SIPA (promedio de todos los registrados privados) tanto en su mediana como en su promedio, del mismo modo que si observamos los datos de INDEC (Índice de salarios para empleo registrado privado), lo que se concluye, tal como anticipamos desde hace rato, es que la caída de los salarios de diciembre y enero consolidó un nuevo piso salarial ubicándose 10 puntos más abajo que en noviembre 2023″, argumentó.
Hacia adelante, planteó que “es razonable que el salario fluctúe y que, en virtud de las paritarias celebradas entre abril y junio, el impacto en la serie de salario registrado privado indique una mejora”.