Desde Washington, Estados Unidos – La vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack, elogió la evolución del plan de ajuste que ejecuta el Palacio de Hacienda, pero insistió en la necesidad de desplegar medidas activas para evitar que se incrementen los niveles de pobreza y desempleo que sufre la Argentina.
“El plan de estabilización están obteniendo resultados mejores de lo esperado”, señaló Kozack durante la conferencia de prensa que protagonizó con periodistas alrededor del mundo.
Y añadió Kozack, tras asegurar que Argentina obtuvo su primer superávit fiscal trimestral en dieciséis años: “Ha habido un rápido cambio en las reservas internacionales, una mejora en el equilibrio del Banco Central y una rápida reducción de la inflación, específicamente en la inflación mensual, ya que en abril alcanzó el 8,8 % en abril”.
Por ultimo, ante las expectativas que se manejan en el FMI, Kozack pronóstico que “esperamos que la economía comience a crecer nuevamente en la segunda mitad de este año”.
Pero la portavoz no se quedó en las variables macroeconómicas, sino que avanzó en el pedido –ya constante al Gobierno– de promover medidas activas que permitan aplacar las asimetrías sociales causadas por el programa de ajuste.
En este sentido, Kozack sostuvo que las metas fueron cumplidas y que ahora es necesario que “la asistencia social sea suficiente y esté bien orientada para proteger a los más vulnerables, y también para garantizar que la carga de la consolidación fiscal no recaiga desproporcionadamente en los trabajadores”.
En cuanto a la política monetaria, la vocera del Fondo aseguró que no habría inconvenientes con el programa actual si Argentina define un sistema de coexistencia entre el peso y otras monedas. Lafuncionaria del Fondo habló de un régimen de competencia de monedas, “un régimen mediante el cual el peso y otras monedas, como el dólar estadounidense, pueden coexistir y son usados libremente”. Y mencionó otros países de la región que lo usan, como Uruguay y Perú.
Durante un almuerzo con empresarios, Javier Milei esbozó la posibilidad de abrir una instancia de uso múltiple de divisas con el peso en la economía nacional, y Kozack no encontró objeciones ante esa hipótesis de trabajo que se analiza en la Casa Rosada y el Ministerio de Economía.
“La política monetaria tendrá que seguir evolucionando para mantener la inflación y las expectativas de inflación en Argentina y sus efectos tendrán que volverse más flexibles con el tiempo para salvaguardar una mejora en la cobertura de reservas”, consideró la portavoz cuando promediaba la conferencia de prensa.
Kozack conoce que sucede en Buenos Aires e hizo un comentario clave respecto al tramite político que está atravesando la Ley Bases en la Cámara de Senadores. La vocera del Fondo, con sutileza, apoyó las medidas que trata de implementar esa iniciativa legislativa cuestionada por los distintos bloques peronistas.
“Será importante desbloquear las barreras de entrada para que las empresas promuevan el empleo formal en la economía y también atraigan la inversión privada”, afirmó la vocera ante una pregunta puntual sobre la Ley Bases.
Sobre el final de la cita con los periodistas acreditados, Kozack descartó –con diplomacia– que el board del Fondo considere la posibilidad de aprobar el desembolso extra que solicitó la Argentina para fortalecer las reservas del Banco Central y abrir el cepo financiero.
“Los desembolsos estarán en línea con las que figura en el programa”, dijo lacónica Kozack.
Y confirmó que el directorio del FMI se encontrará en las próximas semanas para aprobar formalmente la octava revisión, tras analizar el Staff Level Agreement (SLA) que se presentó en los últimos días.
La aprobación del directorio implicará un desembolso de 792 millones de dólares, y la certeza para el gobierno sobre la viabilidad del plan ajuste vinculado al programa que heredó de la administración de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
De todas maneras, Milei y Caputo pretenden abrir el cepo antes que termine 2024, y no descartan iniciar una nueva negociación con el FMI y otros organismos multilaterales para alcanzar ese desembolso extra que calculan en 15.000 millones de dólares.