El sacerdote Javier Olivera Ravasi, que organizó una reunión de diputados libertarios con represores en la cárcel de Ezeiza, fue echado de la Diócesis de Zárate-Campana. Entre los argumentos estuvieron “las numerosas quejas fundadas por sus expresiones y actitudes que se oponían al testimonio cristiano”. La sanción se dispuso luego de que la propia Conferencia Episcopal emitió este jueves un comunicado tomando distancia de las gestiones que hizo el cura y de fuertes gestos del papa Francisco que recibió a víctimas de la última dictadura militar.
“Dado que en reiteradas ocasiones se recibieron en este Obispado numerosas quejas fundadas por sus expresiones y actitudes, que se oponían al testimonio cristiano -máxime proviniendo de un sacerdote-, se le pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder. Al no observarse hasta el presente el cambio requerido en su actitud, y teniendo en cuenta que el mencionado sacerdote no pertenece a esta Diócesis de Zárate-Campana así como por el bien de la comunidad diocesana, hechas las consultas pertinentes, se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta Diócesis”, informaron en el comunicado.
Olivera Ravasi, quien es hijo del exmilitar Jorge Antonio Olivera, también condenado por violaciones a los derechos humanos, organizó la reunión de seis diputados de La Libertad Avanza con una decena de condenados por delitos de lesa humanidad, que reclaman salir de la prisión debido a que tienen más de 70 años, afrontar problemas graves de salud y no tener condena firme.
De esa reunión participaron represores como Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti, Carlos Guillermo Suárez Mason (hijo) y Adolfo Donda, entre otros.