Los problemas para el agente Alex Simón Aciar (32) se agravaron definitivamente cuando el fiscal coordinador, Roberto Ginsberg, y la ayudante fiscal, Yanina Marquez (UFI CAVIG), incautaron la información de su teléfono. Entonces los datos recabados en la pericia, los dejaron con la boca abierta: los mensajes con amenazas e insultos que este policía le envió a su ahora expareja, una oficial de la Fuerza, en un lapso aproximado de 9 meses, pudieron cuantificarse en la asombrosa cifra de 10.000 hojas (anverso y reverso). En el aparato, también hallaron videos íntimos que el equipo fiscal ayer pidió destruir. El planteo se realizó en la audiencia de juicio abreviado que el agente acordó con Fiscalía a través de su defensora, María Filomena Noriega.
En ese acuerdo, Aciar reconoció los hechos, calificados como amenazas y lesiones leves agravadas por el vínculo, y tentativa de robo también agravada por su condición de policía, pues el día de su máximo desborde intentó dos veces sustraerle el arma reglamentaria a esa mujer con la que mantuvo una relación de 2 años y de la que llevaba 6 meses separado, un hecho altamente tormentoso para ella.
También aceptó el castigo que le propusieron, 1 año de prisión en suspenso (sin detención), que puso fin a casi dos meses de prisión domiciliaria. De todos modos, en libertad, deberá cumplir reglas de conducta, como no acercarse ni molestar a la víctima, por redes sociales o de cualquier forma, por ejemplo, a través de otra persona. Desobedecer estas imposiciones puede acarrearle cumplir el castigo encerrado, indicaron fuentes judiciales.
Los hechos habían sido denunciados el 4 de noviembre pasado. Fue después de que la mujer, que coincidentemente trabajaba en la UFI CAVIG (donde se investigan estos delitos) relatara que el 2 de noviembre a la tarde, al ingresar a sus tareas en el operativo previsto por la Fiesta Nacional del Sol, se topó con que su ex era uno de los subordinados (él se las arregló para estar ahí) que tendría a su cargo esa noche.
Por entonces eran diarios e insistentes los llamados y los mensajes con insultos y amenazas de Aciar. Pero la violencia subiría de nivel a la salida, a eso de las 5,30 del 3 de noviembre, cuando un compañero se ofreció a llevarla hasta su casa. Al llegar, también arribó su ex en moto y enseguida empezó a insultarla, a tratarla de p…, y a intentar sacarle su arma en dos ocasiones, sin lograrlo porque ella se resistió, porque la cartuchera tenía puesto el seguro y porque la madre de ella salió y entre las dos lograron empujarlo y correrlo.
Que la iba a matar y luego se mataría porque, al no tener a su mamá, ya no le importaba nada. O que viviría violándola, fueron algunas de las últimas amenazas recargadas de insultos que la oficial tuvo que soportar.